«Los mataremos en las plazas, si los sucios cerdos se atreven a aparecer allí. Los mataremos en sus casas, los mataremos en las estrechas calles de las ciudades, los mataremos en las avenidas de las capitales, los mataremos en las aldeas. Recordad: cualquiera que no esté con nosotros es nuestro enemigo, y cualquier método puede ser utilizado para exterminar a nuestros enemigos.»
Zaichnvesky
«Hay que prestar atención al campesinado, que... es de gran importancia»
Carta de Stalin a Largo Caballero, 21 de diciembre de 1936
Las primeras dos frases vendrían a definir muchos de los futuros acontecimientos que nadie en el mundo podría haber imaginado, la transformación social, económica y cultural de la agricultura rusa llevada a cabo por Stalin a principios de la década de los 30, una «transformación abrupta y radical de todo el modo de vida campesino», se estaba «atravesando un período históricamente importante de rápida ruptura de las viejas relaciones económicas y de clase», como expresaron en 1931. El primer plan quinquenal buscaba transformar y potenciar la economía soviética para poder hacer frente a enemigos externos, una industrialización que, a diferencia de Francia y Alemania que redujeron las exportaciones de grano, aumentaría las exportaciones durante los primeros años (1930-31) a cifras récord desde 1913, o 10 veces las exportaciones de 1929.
«La bandera roja de la revolución social que ondeará después de Rusia en otros países del mundo proclama que no está lejos el momento en el que podamos gozar del cielo en la tierra», expresaba Alexandra Kollontai en 1918. Y no se si se refería a vivir felices o a que las almas acabarían bajo el suelo helado de Siberia por estar el “cielo en la tierra”.
En la Unión Soviética durante los años 30 la moneda de cambio era el hambre, el sufrimiento y el terror, una crisis demográfica mayor que la acaecida por la Primer Guerra Mundial y la guerra civil rusa, una hambruna que provocó una mortalidad mayor que la registrada de media entre 1861-65, de un valor de 36,5 por cada 1000 habitantes. Una hambruna que se llevó por delante a más de 6 millones de personas, entre 1.3-2.4 veces las perdidas de la Guerra Civil, casi 3 veces las perdidas durante la Primera Guerra Mundial y aproximadamente un 10% de las perdidas de la Segunda Guerra Mundial. Y más muertes que las ocasionadas por la hambruna de 1921-22, la cual se llevó «Según ha reconocido el propio Gobierno del Kremlin, en 1921 perecieron de hambre más de cinco millones de personas», dice un diario español. Algunas regiones perdieron una gran parte de la población, por ejemplo, un informe mensual de abril de 1934 decía que «hay pueblos donde más de la mitad murió de hambre». El cónsul polaco de Járkov Stanislaw Soánicki escribía en un informe «la población se había reducido en más del 50% en algunas partes a causa de la hambruna». Otro ejemplo en Ucrania, de los datos extraídos de los archivos de las Naciones Unidas:
Una hambruna que se llevó por delante a más personas que las 2 hambrunas masivas de Francia entre 1693 y 1710. El denominado Holodomor es una hambruna ocurrida en Ucrania, pero que en este blog abaRcará todo el país al completo. En mi caso, y es como deberá tomarse en este articulo, la palabra Holodomor está vacía de significados que determinen la postura de la persona. Para mí, como suelen asociarlo muchas personas, Holodomor no significa genocidio (ya que esa palabra originalmente tiene ese significado, «matar de hambre») sino una simple hambruna más, en donde el significado de la palabra no está determinado. Así pues, comencemos.
Un campesino se me aproximó y me susurró: Es terrorífico aquí en la koljóz. No podemos hablar, sino seremos enviados a Siberia como han enviado a los otros. Estamos atemorizados. Yo tenía tres vacas. Se las llevaron y ahora sólo consigo un mendrugo de pan. Esto es mil veces peor que antes de la revolución.
Pasternak, al escuchar el poema de Mandelshtam contra Stalin, dijo:
No he escuchado nada, usted no me ha leído nada, [...] sabe que han empezado a ocurrir cosas terribles, la gente está siendo arrestada. […] Temo que las paredes oyen, quizá los bancos del parque también oyen.
En cierto sentido esta observación puede ser literal, porque la Casa del Gobierno en Moscú tenía micrófonos en las habitaciones. Algunos consideran esta hambrunas como un genocidio, la idea más conocida. Pero aunque es conocida, en la opinión publica la mayoría de quienes lo critican ni conocen los argumentos actuales, ni tampoco quienes lo apoyan. Los primeros dicen que estos se equivocan por decir que la hambruna fue solo en Ucrania, mientras que los segundos afirman que fue solo en Ucrania. Pero para dar espacio a la verdad, dejaré lo que dice uno de los mayores apoyos de la idea del genocidio: «A veces se cree que un muro de piedra divide el Holodomor ucraniano de la hambruna de toda la Unión de 1932-33. Esta noción simplifica lo que ocurrió en realidad. La hambruna de toda la Unión de 1932-33 en el campo fue el resultado de la apropiación del grano por parte del Estado. Los campesinos que no tenían otro sustento por la falta o insuficiencia de huertos privados se refugiaron en las ciudades o murieron. El Holodomor de 1932-33 en la República Socialista Soviética de Ucrania (SSR ucraniana, rebautizada como República Socialista Soviética de Ucrania en 1937) y las catastróficas hambrunas de otras regiones del país fueron el resultado de la inanición absoluta provocada por la requisición por parte del Estado de todas las provisiones disponibles y el atrincheramiento de los campesinos desposeídos en sus pueblos. Durante algún tiempo, la hambruna en la Ucrania soviética no se diferenció ni en sus causas ni en su carácter de la hambruna de toda la Unión, pero, por varias razones que se analizarán más adelante, siguió siendo sustancialmente más dura que en otras regiones (con la excepción de Kazajstán)». En otro artículo Kulchitsky dice: «hay buenas razones para creer que la hambruna fue un genocidio de los campesinos en Ucrania y de los cosacos en el Kubán, acompañado de un exterminio planificado de la intelectualidad ucraniana. Sin embargo, este genocidio de los ucranianos como nación fue fundamentalmente diferente del exterminio de los armenios y del Holocausto. El genocidio no fue consecuencia de la política de nacionalidad de los bolcheviques. Más bien, formaba parte del terror de masas contra grupos de población seleccionados según sus características sociales y nacionales […] A la ya catastrófica hambruna, los bolcheviques reaccionaron con el terror del hambre, lo que aumentó el número de víctimas y provocó el verdadero Holodomor [...] Holocausto significa el exterminio consecuente y completo de los judíos por parte de los nacionalsocialistas por la única razón de que eran judíos. Sin embargo, el exterminio de los ucranianos por parte del régimen de Stalin no tuvo un trasfondo racista. Sin embargo, había una justificación etnonacional. Sin embargo, nunca hubo en la práctica represiva de Stalin un esfuerzo por exterminar al pueblo ucraniano hasta el último ser humano. Los ucranianos fueron exterminados como campesinos que se resistieron a la colectivización y a la obtención de grano, fueron exterminados como ciudadanos de la república, que tenía un poderoso potencial económico y humano, fuertes tradiciones de lucha por la liberación, estatus de estado y garantías constitucionales para lograr la independencia». Simon Sebag Montefiore menciona que nunca «fue un racista biológico como los nazis. [pero] le resultaban desagradables todas las nacionalidades que pudieran suponer una amenaza para la URSS plurinacional». O como diría Stalin en 1942: «La fuerza del Ejército Rojo reside en el hecho de que no nutre ni puede nutrir ningún odio racial contra otros pueblos, y por tanto tampoco contra el pueblo alemán; está educado en el espíritu de la igualdad de todos los pueblos y todas las razas, en el espíritu del respeto de los derechos de los otros pueblos». O en 1901: «Gimen los georgianos, los armenios y otras naciones, privadas del derecho a tener sus escuelas y a trabajar en las instituciones del Estado y obligados a someterse a la bochornosa y opresiva política de rusificación, que con tanto celo aplica la autocracia». Incluso David Marples, escribe en 2015: «el argumento de que las hambrunas deben considerarse un genocidio basado en la limpieza étnica de los ucranianos es demasiado limitado […] durante la última década se han centrado en la acumulación de problemas para reunir las cuotas de grano desde la cosecha de 1932, que culminó en el hambre y las pérdidas humanas en la primavera de 1933. Cuando se habla del "Holodomor", término que ahora resulta familiar a la mayoría de los ucranianos, en realidad se hace referencia a este último año». También el historiador Victor Hudz en su monografía sobre la hambruna dice: «la mayoría de los partidarios del concepto del Holodomor como genocidio datan este periodo de forma continua: desde finales de noviembre de 1932 hasta el verano de 1933», lo que se confirma con el texto de Ewald Ammende sobre la hambruna. Hablando de la lucha del poder sovietico contra el separatismo ucraniano menciona que fue «en la primavera y el verano de 1933», también puede leerse diciendo que «en consecuencia, los bolcheviques no planearon la hambruna desde el principio para destruir a los ucranianos per se como pueblo o etnia». Los primeros en decir que fue algo intencional fueron los nazis en el periódico alemán «Völkische Beobachter», comprado por los nazis en diciembre de 1920. Aún así estos periódicos alemanes no hablaban solo de hambruna en Ucrania, sino incluso en Rusia Central como el articulo publicado por «Der Landbote: Anzeiger für den Amtsbezirk Sinsheim und Umgebun» el 2 de julio de 1934, incluso podemos ver en la foto que ponen que indican que esta es de 1921-22. Tampoco hablan solo de la URSS, por ejemplo en “Der Führer: das Hauptorgan der NSDAP Gau Baden; der badische Staatsanzeiger”, del 15 de diciembre de 1931 mencionan, como dice el titular, “Las atrocidades polacas y la conciencia mundial”, donde también salen casos sobre ucranianos. Y es que más que estar preocupados de las vidas de los ucranianos en la URSS, al contrario: estaban más preocupados por los alemanes, de hecho, la única alusión a un exterminio sistemático de alguien no la he logrado encontrar en los ucranianos, sino en los alemanes, el historiador Otto Wenzel dice que de «los llamamientos [en Alemania, por la Verein für das Deutschtum im Ausland] se desprende la impresión de que la innegable necesidad en Rusia sólo existía entre los campesinos alemanes y que esto era culpa del gobierno soviético», los historiadores Mirosław Czech y Ola Hnatiuk muestran de nuevo como la « ayuda que se prestó se basó en un principio de igualdad: alemanes a alemanes en la URSS, menonitas a menonitas, cuáqueros a cuáqueros y judíos a judíos. Esta ayuda se convirtió en un pretexto para tomar medidas represivas contra grupos nacionales una vez que el Kremlin declaró que la propia ayuda constituía una prueba de actividad contrarrevolucionaria y de espionaje». Es más, consideraban que el nacionalismo ucraniano en la Unión era embrionario, y que no tenía ninguna capacidad para intentar independizarse. Puesto esto sobre la mesa, ¿cuál sería la razón de decir que la hambruna fue para suprimir al movimiento nacionalista ucraniano si ellos mismos decían que no tenía fuerza alguna y «el numero de sus portadores sigue siendo pequeño»? No es raro que no encontremos nada sobre exterminar a ucranianos por ser ucranianos, las pocas menciones al nacionalismo ucraniano dejan ver que, aunque al partido comunista le preocupaba algo - en opinión de los alemanes - no dejaba de ser un punto secundario de su política, y la represión que hubiese contra esta parte no se dirigía al campesino, sino a los políticos y funcionarios de Ucrania. Podemos encontrar además más pruebas de esto en los informes alemanes, donde los campesinos alemanes surgen como innovadores y modernistas, verdaderos campesinos que crean riqueza a su paso contra unos campesinos atrasados, egoístas e individualistas: los “eslavos”; el «bolchevismo ha combatido e intentado destruir de la forma más dura posible al campesino alemán, que, desde un punto de vista económico e ideológico, era -y tenía que ser- el enemigo natural de este régimen». De hecho uno de los comités de ayuda creados con ayuda del estado alemán se llama “Brüder in Not”, o «Hermanos Necesitados». ¿Llamarían hermanos a los ucranianos, o a los alemanes? Benjamin Unruh en una reunión de este comité llegó a decir: «Kein Deutscher darf verhungern». Para poner un ejemplo citaré este articulo en el que el subtitulo dice: «Documentos de la hambruna entre los camaradas nacionales alemanes en Rusia».
La respuesta creo se ve clara, más recibiendo ayuda estatal.
Pero esto fue en la década de los 30, cuando Alemania quería mantener una relación estable con la URSS. Una vez todas estas relaciones se vieron destruidas por la Operación Barbarroja y la necesidad de movilizar a las masas de las regiones ocupadas contra el poder soviético el nacionalismo de cada una de la regiones sería impulsado. Llevando a que las publicaciones regionales se viesen inundadas en localmente por la idea de una hambruna deliberada contra los ucranianos, como puede verse en el periódico Nizhynsʹki visti de 1942-43, concretamente en su Nº72 de 5 de diciembre de 1942 donde afirma que «el campesinado ucraniano no quería trabajar en las granjas colectivas, donde los bolcheviques saqueaban descaradamente los productos de su trabajo. Los bolcheviques tuvieron que obligarles a trabajar, sin detenerse en las medidas más brutales. La hambruna en Ucrania en 1932-33 fue precisamente una de esas medidas. Afirmamos categóricamente que la hambruna de 1932-33 fue organizada artificialmente. De hecho, en términos de condiciones meteorológicas, 1932 fue más inusual que, por ejemplo, 1921. En 1932, las precipitaciones fueron insuficientes en algunos lugares y hubo sequías locales, aunque en otros lugares llovió mucho. En cualquier caso, en términos de condiciones exteriores, no hubo nada catastrófico en 1932».
E incluso en la propaganda nazi relacionada a la prensa norteamericana como Thomas Walker, no se encuentra ninguna alusión “nacional” sobre el exterminio, sino a ser enemigos de clase. Puede verse por ejemplo en su segundo articulo del tema del 20 de febrero de 1935 en The Washington Times en la página 7, columna 2, que habla de hambruna planificada, de un “exterminio”; pero no menciona en ningún caso ningún contenido nacional de este, sino un contenido de política de clase (poseedor de tierra privada anteriormente, etc.).
Una pregunta importante a realizarse es: ¿Cuál es la motivación que tendrían en decir que la hambruna fue contra ucranianos? Esta pregunta es básica para poder seguir el debate, precisamente para poder entender porque escribirían (o no) algo sobre simplemente ser ucranianos. Habida cuenta de esta situación, al argumentar que al hablar de Ucrania simplemente se referían a Ucrania como región más que como nación o personas de esa nacionalidad, no es raro que podamos encontrar alusiones de Walker a que, como dice en el articulo del 22 de febrero de 1935: «en Ucrania el trabajador recibe 450 gramos de pan al día», enfatizando no su «nacionalidad» sino su relación con el partido comunista; o en otras palabras, su posición social según el PCUS(b). Si era mala, no recibía nada, según Walker y el articulo mencionado. Más adelante, solo unas frases, vuelve a mencionar que el campesino recibe una ración diaria de comida como la del obrero. En la página 8, columna 1, el mismo articulo de Walker habla de las tiendas Torgsin, que según él estos «almacenes fueron creados por el Soviet con el fin de atraer dinero extranjero a Rusia para socorrer a los rusos indigentes». Otra forma de demostrar que se hacía referencia a Ucrania como región más que a los ucranianos como nacionalidad, es la entrada al articulo de Walker del 26 de febrero de 1935, donde se dice que la hambruna «es tan rampante» en la «sección de Ucrania de la Rusia Soviética» que tuvieron que prohibir por ley comer perros.
Teniendo en cuenta esto… ¿no es quizá que esta prensa no hablaba de una hambruna contra ucranianos, sino que los nacionalistas ucranianos posteriores, o del momento, la usaron para sus propios fines políticos?
En el anterior periódico alemán, en un articulo publicado el 18 de agosto de 1932 se menciona el siguiente titular: El exterminio sistemático de los alemanes rusos por la Rusia soviética.
Aquí quiero mencionar un momento la parte de que se falsifican fotografías usando las que daba la propaganda nazi como por ejemplo en «Und Du Siehst die Sowjets Richtig», el historiador Jan C. Behrends habla dice que «el volumen se explayaba sobre el destino de los alemanes étnicos que se habían asentado allí». Ahora bien, mientras en este libro salían imágenes de la hambruna de 1921-22 como de 1932-33 actualmente las instituciones que lo consideran un genocidio y se dedican a su estudio concreto ponen estas fotografías en su sitio, véase en estas siguientes imágenes lo que digo a partir del libro mencionado y de la página Holodomor Digital Collections.
Algunas de estas fotografías son de 1921-22, y se usaron como la hambruna de 1933. Ahora bien, la segunda web mencionada pone estas fotografías en 1921-22, con el titulo de “Non-Holodomor”.
Un periódico estonio de agosto de 1933 decía sobre este periódico alemán que había publicado «horribles imágenes». Pero no fueron los primeros en hablar de ésta, como sí por ejemplo la prensa checoslovaca durante 1932 y aún más en 1933. Al consulado alemán ya le llegaban documentos que hablan del hambre, que según Khatayevich eran “cartas falsificadas” por parte de un grupo “fascista-hitleriano”, estos estaban «enviando cartas falsas provocadoras a Alemania sobre la necesidad y el hambre y recibiendo remesas de allí». Por alguna razón especial, uno de los artículos de Thomas Walker, del 22 de febrero de 1935, menciona esto al decir que «una mujer de 3 hijos recibió 10 Reichmarks de Hetmanivna Elizabeth en Berlín». Algunas son mencionadas en el libro citado por Tottle: «Und Du Siehst die Sowjets Richtig». De hecho «el Gobierno del Reich está probablemente mucho mejor informado sobre la situación en Rusia que cualquier otra gran potencia. Mantenemos una embajada y siete consulados en Rusia, un número que nos sitúa muy por encima de todas las demás misiones extranjeras. Otra fuente de información son los numerosos ingenieros alemanes empleados en Rusia. Además, las numerosas cartas que han llegado a Alemania debido a la catástrofe del hambre en el sur de Rusia contenían importantes comunicaciones. Por lo tanto, podemos suponer que nada de lo que ocurre en Rusia permanece oculto para nosotros», decía una carta. Sin embargo las autoridades soviéticas llegaron a decir al embajador alemán Hencke en Kiev que sus informes solo se limitasen a Ucrania para no dar la impresión de que ocurría en todo el país. Uno del 26 de enero de 1933 dice: «El hambre en Ucrania ha aumentado considerablemente en los últimos meses y se ha extendido por todo el país.[…] La situación actual se caracteriza por la información verosímil de que 140 detenidas están recluidas en las cárceles locales de mujeres debido a pruebas claras o por haber comido carne humana. […] Algunos ciudadanos alemanes tienen vacas y eso les ayuda a vivir. Sin embargo, la vaca puede ser retirada en cualquier momento del año debido a deudas pasadas, etc. En cuanto a la carne y la miel, nuestros habitantes de las zonas rurales, al igual que sus amigos rusos en la miseria, no consumen estos productos durante meses.» Otro documento recibido en el consulado alemán de Kiev dice: «El escaso suministro de alimentos, los retrasos en el pago de los salarios, que no han seguido el ritmo del crecimiento de los precios, han tenido un impacto significativo en el proletariado pobre. Las críticas al sistema y a sus representantes son generalizadas». Incluso como se recopiló en una Carta de B.G. Podolski, encargado de negocios de la URSS en Polonia, a B.S. Stomonyakov, miembro de la Junta del Comisariado del Pueblo para Asuntos Exteriores de la URSS sobre los movimientos externos acerca de la hambruna en Ucrania por parte del Comité Público Ucraniano para la Salvación de Ucrania: «contra el saqueo, la esclavitud y el exterminio físico del pueblo ucraniano por parte del Moscú bolchevique y pidiendo "ayuda a nosotros que vivimos más allá de los horrores bolcheviques para aliviar la suerte de nuestros hermanos hambrientos bajo la dominación moscovita-bolchevique." El llamamiento se extiende a la "inanición del pueblo ucraniano" como consecuencia de la colectivización, los "cadáveres en las calles y carreteras", la "expulsión de cientos de miles de personas a regiones septentrionales lejanas", la "plantación de colonos del norte ruso en tierras ucranianas" para "aniquilar al pueblo ucraniano", la "eliminación de la independencia exterior de la RSS de Ucrania" y la "rusificación", "en protesta" contra la cual se suicidó M. Skrypnik». O como dijo Hitler el 2 de marzo de 1933, «millones de personas se mueren de hambre en un lugar que podría ser el granero de Europa». El periodico «Der Führer: das Hauptorgan der NSDAP Gau Baden; der badische Staatsanzeiger» decía:
La "política obrera" bolchevique-marxista ha llevado a la URSS al punto de que el pueblo de este país, que una vez fue el granero de Europa, se ha visto sumido en una hambruna de las proporciones más horribles. En una zona siete veces mayor que Alemania, se están produciendo escenas como la historia de la humanidad no ha conocido en siglos. Estamos ante el colapso de un sistema que durante más de 15 años ha tenido la oportunidad de demostrar que es capaz de cumplir las otrora grandes promesas hechas a los trabajadores.
Pueden verse algunos ejemplos que mencionan a Hitler en la prensa en 1934 en la bibliografía. Existe el bando que considera culpable de la hambruna a la colectivización forzada, que no son tan conocidos. En tercer grupo tenemos a quienes lo consideran totalmente culpa del clima (Tauger y Grover Furr) o la resistencia campesina (o en términos soviéticos, kulak). Estos dos últimos grupos dicen que debido a la “inexistencia” de documentos que prueben que buscaron asesinar mediante el hambre es una muestra de que no fue tal cosa. Pero algunos autores (que también niegan el genocidio) critican esta idea, comparándolo con el caso de Adolf Hitler, el cual no dejó ordenes escritas que mandasen a cometer las atrocidades, este es el caso, por ejemplo, de Kuromiya (2008) y Michael Ellman también recalca esto, el biógrafo de Stalin, Anselmo Santos, en las notas resalta que «jamás ordenó un asesinato por escrito; nunca dejaba rastros». Hasta hace poco mi idea de la hambruna es que fue un crimen de lesa humanidad, poco a poco fui haciendo un viraje hacía considerarlo un genocidio al tener en cuenta dentro de la clase social su contenido: el nacional. Y no solo mirar su forma. Aquí dividí a las victimas de esta hambruna como sigue:
a. Sin quererlo:
Derivadas de la errónea política agraria y otros problemas.
b. Queriendo:
Política de aniquilación de la clase capitalista [kulaks] a partir de mediados del año 1932 hasta mediados de 1933
Política de supresión de los elementos nacionalistas bajo la máscara de ser enemigos de clase, mientras en otras regiones se impulsaban sus culturas y lenguas.
Como explica Mark Tauger «no sólo los opositores a la dirección soviética pensaban que la hambruna era artificial. Los dirigentes soviéticos pensaban lo mismo. Las autoridades actuaron basándose en estadísticas imparciales, que mostraban que la cosecha no era en absoluto tan pequeña. Cuando los campesinos le dijeron a Kosior en 1932 que sus campos habían tenido una mala cosecha y le mostraron el informe anual (datos similares a los que yo publiqué), éste refutó esta información, calificándola de "aritmética kulak". Y lo hizo porque las estadísticas oficiales hablaban de rendimientos más altos. Stalin tenía un punto de vista similar. Así pues, estos dirigentes no entendían lo que estaba pasando, pensaban que la cosecha estaba bien y, por lo tanto, decidieron que la hambruna era artificial. Pensaban que los campesinos se resistían, que retenían el grano de la cosecha y que los nacionalistas ucranianos les inspiraban a hacerlo. Los dirigentes pensaban que los nacionalistas ucranianos, junto con espías extranjeros, se estaban preparando para derrocar al gobierno soviético. Por eso, los dirigentes soviéticos decidieron detener a esos nacionalistas por considerarlos una amenaza para la existencia del poder soviético». Incluso la CIA en la década de los 50 dijo que nunca hubo un levantamiento a gran escala nacionalista contra la colectivización, pero el régimen soviético aumentó su peligrosidad llegando a considerar “nueve de cada diez actos «contrarrevolucionarios» bajo eslóganes nacionalistas”, terminando en una lucha étnica cuando las autoridades consideraron que dependían de los habitantes urbanos y comunistas importados de Rusia.
Pero tras realizar una examinación de los documentos de la Convención del Genocidio, más concretamente sus borradores iniciales como:
Draft Convention on the Crime of Genocide, E/447, [New York] : UN, 26 June 1947, https://digitallibrary.un.org/record/611058?ln=en#record-files-collapse-header, page 5; encontré que entre las victimas contempladas entraban también los grupos políticos.
Al ver que estaban incluidos, me acordé de un documento de Kulchitsky en el que dice que los soviéticos forzaron las discusiones que hubo sobre la definición para no incluir los grupos políticos. Al investigar esto, encontré que en una carta de los representantes soviéticos se incluía todos los grupos del primer borrador, excepto a los grupos políticos:
Finalmente, esta razón es la que me hizo ver que realmente la división anterior de las victimas “queriendo” lo único que aporta es entender aún más la hambruna, no darle una definición como tal. Así pues, puede decirse que opino que la hambruna fue un genocidio. De hecho, en un estudio sobre la relación de Lemkin, el término genocidio y la hambruna dice que el código penal reformado «legitimaba la detención, supresión, opresión y asesinato de personas que tenían una conciencia social que se consideraba criminal, escribió Lemkin. En el contexto soviético, esta conciencia social criminal se denominaba "nacionalismo enemigo"». Lemkin, creador del término genocidio, hablaba de «destruir la existencia económica de los miembros de una colectividad con el fin de destruir la colectividad».
Por muchas razones además:
«Hay una lucha brutal entre los campesinos y nuestro gobierno. Es una lucha a muerte. Este año ha sido una prueba de nuestra fuerza y su resistencia. El hambre les demostró quién es el anfitrión aquí. Costó millones de vidas, pero el sistema agrícola colectivo siempre existirá. ¡Ganamos la guerra!». Una carta de 62 campesinos de una granja colectiva decía: «En cada reunión, pedimos a la junta que solicite alimentos, al menos 100 gramos por comensal al día, para aquellos que tienen un gran número de días de trabajo. Pero la junta se ríe, y sobre todo los pre-tradicionalistas responden con un grito de gendarme: "¡Sálvese quien pueda! Aunque mueran algunas personas, el socialismo no sufrirá"».
Pero puede realmente haber existido, por ejemplo, un documento del consulado alemán en Járkov, del 26 de enero de 1934, dice: «Este año Ucrania ha estado en una condición crítica - hubo una gran hambruna o, según la definición del gobierno, - la victoria sobre el sistema social en la agricultura». Un periodista estadounidense, William Allen White, escribió en 1933 que «Stalin cree que los campesinos han aprendido la lección y que la agricultura colectiva y la agricultura estatal proseguirán con éxito».
Sheboldaev a principios de 1933 dijo que las semillas y el grano robado por campesinos debería ser tomado de nuevo para la posesión del estado, y añadió que «esta será una lucha vasta y prolongada y debe llevarse a cabo con mano firme hasta el final». Teniendo en cuenta lo que dijo Kosior y otros dirigentes, es probable que pueda existir. Ya que ambos, Kosior y Khatayevich, fueron los principales organizadores de la colectivización en Ucrania. De hecho, el decreto del 14 de diciembre de 1932 estipula que se derogara «la antigua decisión de permitir la importación de bienes para la aldea ucraniana y de conceder al camarada Kosior y a Chubar el derecho a suspender el suministro de bienes a zonas particularmente atrasadas hasta el final de su plan de adquisición de cereales». Esto además vino acompañado por las quejas de que la “ucranización” fue un error en la forma como se aplicó, y que se deberá «traducir inmediatamente en el Cáucaso septentrional la gestión de los registros de los órganos soviéticos y cooperativos de los distritos "ucrainizados", así como todos los periódicos y revistas publicados del idioma ucraniano al ruso […] y para el otoño traducir la enseñanza en las escuelas al ruso. El Comité Central y el Consejo de Comisarios del Pueblo obligan al comité regional y al comité ejecutivo regional a comprobar y mejorar urgentemente la composición de los empleados escolares en las zonas "ucrainizadas"». Pero esta prohibición de la importación de bienes a Ucrania es ante todo extraña. Porque los prestamos en 1933 fueron de 3,3 veces superiores a los de 1932 (566.000 contra 171.200 toneladas). Pero una cosa no quita la otra. De hecho, se menciona “a las aldeas ucranianas”, no en general. Y es que si se prohibiese la importación de comida todas las personas del Ejercito Rojo, del partido y el Estado también morirían de hambre, al parecer los documentos revelan varias cosas. Primero, los campesinos decían que no eran suficientes estas ayudas. Y segundo, se ha visto que las ayudas iban mayormente a los miembros del Ejército Rojo, activistas y miembros del partido. Hablando sobre esta “jerarquización del consumo”, el historiador Andrea Graziosi (2017, pp. 42–103) dice que «los cuadros del partido central y del Estado, los intelectuales de la élite leal, la policía política, el ejército, la élite tecnológica y los sectores clave de las clases trabajadoras ocupaban los estratos superiores de la jerarquía, seguidos por la intelectualidad, los cuadros locales, los trabajadores y empleados urbanos (los de los grandes centros disfrutaban de mejores condiciones) y sus dependientes. Los campesinos, considerados como autosuficientes, quedaban fuera de una pirámide cuyo nivel más bajo incluía a los presos de los campos de prisioneros, y los campesinos no recibían raciones ni siquiera en principio».
Como recuerda Féodossi Kherassymenko:
No viví la hambruna en sí. Mi padre era director de un koljoz. Teníamos comida, yo era todavía un niño en ese momento, oí hablar de la hambruna, pero no tenía hambre... Teníamos una vaca, un lechón, comíamos pan. No llevamos ropa de cama [se refiere a que no vestían con tela hecha a mano en vez de hecha en fabrica, como la mayoría de campesinos iba].
U otros supervivientes:
Mi madre nos envió a mí y a mis dos hermanas a la casa de nuestra abuela en el pueblo de al lado. Uno de sus hijos era comandante del Ejército Rojo, por lo que las autoridades no tocaron a su familia. Así es como nos mantuvimos vivos.
Toda nuestra familia sobrevivió porque mi hermano mayor Mykola trabajaba en el granero del koljoz... A veces traía grano, a veces harina...
Otra carta registrada en 1932 dice: «De hecho, Bernard Shaw probablemente, en su ceguera, no vio a las personas físicamente agotadas. Lo he hecho. Compara a cualquier militar con un obrero y verás una diferencia notable». Algunos supervivientes no lo vieron tan clara esta relación, pero sin embargo dejan caer que las personas iban donde habían personas con cargos “importantes”, como es el ejemplo de Aksiuk Nadiia:
Luego vino la hermana de mi madre y me llevó con mis abuelos a Kryvyy Rih, donde estaba mi hermano. Así que nos encontramos en el Donbas, donde mi padre trabajaba en una granja estatal como agrónomo. […] el año 1933, cuando íbamos a los vertederos a recoger a esos patrones que vivían bien y no conocían el hambre, y recogíamos cáscaras de patatas, remolacha y demás basura frente a sus ventanas…
Pero sin embargo, aunque estas memorias muestran lo que sufrían los campesinos, también se eliminó a muchos «"sirvientes de las granjas", las "familias de los hombres del Ejército Rojo", los "inválidos de la Guerra Civil", los "miembros de las familias de los oficiales" y los "presidentes de los consejos de los pueblos"» del suministro centralizado de alimentos.
En otros casos algunos observadores muestran como aunque los campesinos reciben comida, esta es insuficiente:
Los aldeanos, mal alimentados en las granjas colectivas y los trabajadores cuyas raciones son insuficientes, piden comida.
Además, en la delegación que se envió en noviembre de 1932 en la que se concluyó que deberían aplastar a los saboteadores de grano y contrarrevolucionarios, Lyushkov, acompañante de la comisión, le dijo a Kaganovich que las personas se estaban muriendo de hambre, a lo que este respondió:
¿Qué? Si se mueren de hambre, es culpa suya. No es necesario salvar a los que mueren. En cambio, lo que hay que hacer es, en primer lugar, hacer que los koljosianos trabajen duro y que comprendan el poder del gobierno [bolchevique]. Si mueren dos o tres centenares de personas, se dará una buena lección a los demás.
Pero la cosa no mejoró, y siguieron muriendo de hambre. Quizá Kosior se refería a esto al decir que “la hambruna no les hizo entrar en razón”, pero es que esta idea no solo la mostró Kaganovich, sino incluso Mikoian (o Khatayevich como vimos antes), por aquel entonces encargado de los suministros a la población:
No se trata de normas, de cuánto queda para la comida, etc., lo principal es decir a las granjas colectivas: ‘En primer lugar, cumplan el plan del Estado, y luego satisfagan su propio plan.’
Molotov en una carta a Kaganovich en 1932 diría algo muy parecido: «Un bolchevique que ha pensado y comprobado la escala, y la situación en su conjunto, debe colocar la satisfacción de las necesidades del Estado proletario por encima de todas las demás prioridades». El 18 de octubre, un decreto del Kolkhoztsentr se quejaba de que los koljoses habían estado reservando granos en fondos nocionales para el ganado, los seguros, las semillas y los alimentos, en lugar de dar la máxima prioridad a las recaudaciones estatales. Algo que puede observarse como un funcionamiento natural del sistema de koljoses, como menciona el departamento de agricultura estadounidense: «Una vez satisfechas las demandas del Estado y los gastos de producción, y una cierta cantidad de los ingresos de la granja se ha reservado para la inversión, el resto se distribuye a los agricultores colectivos». Un comentario parecido lo podemos encontrar en Viacheslav Molotov, hablando de los planes y el hambre dice que «aunque tengamos que enfrentarnos, especialmente en las zonas productoras de grano, al fantasma de la hambruna... los planes de aprovisionamiento deben respetarse a toda costa». Algo que los activistas del partido llamarían como el “primer mandamiento de Stalin”, no es raro que lo llamasen así, fue Stalin en el discurso del 11 de enero de 1933 quien lo dijo.
Lo que indica que existe una red, explicita o implícita, acerca de como llevar a cabo los planes aún habiendo hambre por medio entre los diferentes personajes.
Analicemos esto. Primero de todo nos dicen que el hambre no les hizo entrar en razón, y posiblemente que les mostró quien es el “anfitrión aquí”. A su vez se dio el poder a Chubar y Kosior para cesar los envíos de ayuda a las granjas que no cumpliesen el plan. ¿Porqué? ¿No debería ser al revés? Es decir, se debería enviar las ayudas a las granjas que tienen problemas, no castigarles. Esto encaja con varias cosas. Primero de todo, en noviembre de ese mismo año se crearon las llamadas listas negras, para que vean «que el poder soviético puede enfrentarse sin piedad a los organizadores del sabotaje de las compras de cereales, a los elementos kulaks y a sus cómplices», o en otras palabras: «Se tomarán las medidas coercitivas más severas contra las personas hostiles de la clase maligna que sabotean la cosecha de cereales y la recolección de semillas confiscando todos los productos alimenticios. Al mismo tiempo, obliguen al Comisario Yaroshenko y al secretario del Estado Mayor del partido a observar estrictamente el principio de clase, siendo especialmente vigilantes a la hora de seleccionar las granjas para las duras medidas de coerción». Así pues, se llevó a cabo una limpieza de la intelectualidad, entre ellas la ucraniana donde por ejemplo «los miembros del grupo [pueblo de Gladossy, en el distrito de Zinoviev] estaban orientados hacia los kulaks y su principal objetivo era desafiar el descontento del campesinado contra el dominio soviético y lanzar un levantamiento armado». En estas granjas no se podía ni comerciar, enviar ayudas, ni siquiera salir de estas. Y únicamente podían salir de las listas negras cuando cumpliesen su plan de aprovisionamiento, si es que lo cumplían.
privación de los bienes industriales, la prohibición del comercio de las granjas colectivas en ellas, la purga del personal del Soviet y del partido, los miembros del Komsomol, etc.
O en palabras de otra historiadora:
se les prohibió realizar cualquier comercio, detuvieron los préstamos e impusieron restricciones financieras, dejaron de importar cualquier mercancía y exportaron todas las mercancías disponibles. En otras palabras, se lo llevaron todo, y no tenían nada.
Como menciona la resolución del Politburó del CC CP(B)U del 22 de noviembre de 1932, las granjas que no cumplan con el plan de adquisición de grano serán «puestas en una lista negra» y «se impondrán las siguientes medidas»:
«a) Suspensión inmediata de la entrega de mercancías y del comercio cooperativo y estatal en estos pueblos y retirada de todas las mercancías disponibles de los almacenes cooperativos.
b) Prohibición total del comercio de las granjas colectivas, tanto para las granjas colectivas como para los agricultores privados».
Tras mencionar una lista de 6 aldeas un informe ordena que, en el primer punto, se «cese inmediato de la entrega de bienes, cese total del comercio cooperativo y estatal en el lugar y retirada de todos los bienes en efectivo de los almacenes cooperativos y estatales», un informe de 1933 decía: «Aplicar incondicionalmente en 24 horas el decreto del buró sobre la entrega inmediata de toda la disponibilidad de grano, harina y mijo por parte de las granjas colectivas que no hayan cumplido el plan, excepto la cantidad necesaria para repartir a los maestros, médicos y agrónomos», otro decía: «proponer a los presidentes de las granjas colectivas que consideren a los granjeros colectivos que no van a trabajar y a los envíos como conductores de la política kulak, interrupción de los aprovisionamientos de grano, privarles por decisión de la junta de la parte en especie de los ingresos, y expulsar a los más viciosos de la granja colectiva y llevarlos ante la justicia».
Estos castigos no son nada ajenos a la propia mentalidad soviética, Stalin llegó a afirmar en 1933 que solo «se puede abrir el comercio koljosiano de cereales después de haber cumplido el plan de acopios y después de haber almacenado las semillas». Y de hecho, un informe de finales de 1932 sobre la prevención de las pérdidas de grano durante la trilla menciona que se «exige categóricamente a los comités regionales medidas inmediatas y decisivas para combatir estos fenómenos con una represión judicial obligatoria y rápida y con represalias implacables contra los elementos criminales de los consejos de administración de las granjas colectivas sobre la base del conocido decreto de protección de la propiedad pública. […] el hecho de no llevar a cabo las represiones correspondientes, especialmente ahora, cuando es necesario asegurar a toda costa un cambio decisivo en las adquisiciones de cereales», es decir, las medidas represivas buscaban solucionar los problemas en el trabajo práctico. En un informe de 1933, se dice: «Advertir a los agricultores individuales y colectivos del consejo de la aldea de Lobachevsky que si no proporcionan en los días más próximos la realización completa de la adquisición de grano y la devolución del grano robado, el comité de distrito y el comité ejecutivo regional considerarán el koljóz de Lobachevsky como pseudo-koljóz con todas las consecuencias consiguientes, hasta plantear ante las organizaciones regionales la cuestión del desalojo de los residentes de las granjas de Lobachevsky y Avramovsky de la región».
¿A que se debe que sean las granjas que peor lo están pasando las que más “castigos” reciben? La respuesta se puede encontrar en la actitud del régimen sobre el plan quinquenal, y en concreto sobre los enemigos del pueblo. En primer lugar, hablando acerca del Primer Plan Quinquenal en 1930, Stalin dijo que «está claro que la línea de nuestro Partido es la única acertada, tan evidente e indiscutiblemente acertada, […]». Esto quiere decir que los errores que puedan suceder durante el aprovisionamiento no puede ocurrir por su equivocación, sino que se debe a otro agente externo, los kulaks o la no adaptación a la situación del comercio koljosiano. Como dijeron las autoridades soviéticas: «Quien no cumple el plan de adquisición de cereales, actúa en manos de los enemigos del partido y de la revolución». Como dijo Kosior en la conferencia anteriormente mencionada: «Camaradas, muchos consideran que los extensos planes de adquisición de granos son una causa importante de la las actuales dificultades en Ucrania... Ha habido un buen número de elementos antipartidistas que han obtenido la afiliación al partido en Ucrania. Creen que saqueamos a Ucrania a favor de Moscú. Reflejan teorías y sentimientos de kulak y teorías de la Petliura». Pero para proseguir, hay que entender que a Stalin no le gustaba tener que enviar ayuda. Para él lo primordial era el plan quinquenal y la industrialización, y conforme cada vez le llegaban más peticiones de ayuda, terminó explotando, y dijo que ya no quería saber nada más ni de malas hierbas ni de las lluvias. Lo que no significa que la ayuda cesara, como vimos arriba. Pero se siente cierto resquemor en Stalin al enviar las ayudas (ejemplos de solicitudes son las del 7, 16 y 23 de junio de 1932), por ejemplo, en un envío de ayuda se expresó de forma rotunda que esta no debía usarse para nada más que las zonas que estuviesen peor que ninguna:
No vaya más allá de las resoluciones ya adoptadas por el CC y no realice entregas de cereales adicionales a Ucrania.
Paraa Stalin tener que enviar ayuda a las regiones afectadas era algo que complicaría la industrialización, aunque hay momentos en los que él mismo presionó para que se diesen ayudas. Por tanto, surgen dos nuevas hipótesis. Las cuales cada una debe aportar pruebas que la corroboren. Por un lado, quizá el régimen se quiso deshacer de las granjas poco productivas, ya que para ellos no eran “Poco productivas” sino que estaban plagadas de contrarrevolucionarios. Y por otro lado, el régimen pensó que sería buena idea usar el hambre como motivación para no morir, lo cual es bastante plausible teniendo en cuenta que Stalin al mencionar que no quería escuchar nada más de las malas hierbas dijo que debían trabajar “de buena fe”. O como dijo el 19 de febrero de 1933 en su discurso:
Lenin, nuestro gran maestro, decía: “Quién no trabaja, no come”. ¿Qué quiere decir esto? ¿Contra quién van dirigidas las palabras de Lenin? Contra los explotadores, contra los que no trabajan ellos mismos, sino que obligan a trabajar a los demás y se enriquecen a costa suya. ¿Y contra quién, además? Contra los que viven en la ociosidad y quieren medrar a costa del prójimo.
Lo cual también lo expresa Kaganovich arriba al decir que «lo que hay que hacer es, en primer lugar, hacer que los koljosianos trabajen duro y que comprendan el poder del gobierno [bolchevique]. Si mueren dos o tres centenares de personas, se dará una buena lección a los demás.» es decir, hacerles comprender que si no trabajan morirán de hambre. Si bien es cierto, lo que dijo Lyushkov hay que cogerlo con pinzas, pero de todas formas, parece encajar a la perfección con las ideas que otro lideres expresaron durante la hambruna. Además, esto también ayudaría al régimen a poder suministrar al ejercito, ya que estaba bajo presión extranjera, como por ejemplo la ocupación japonesa de Manchuria en 1932 o las actividades de Polonia para apoyar los movimientos nacionales de dentro de la URSS, como el de Ucrania, lo que en las décadas 20 y 30 se conocía como el “Movimiento Prometeo”. Tan importante era Polonía que «de las 46 agencias de inteligencia militar polacas que operaban en la URSS en 1927-1939, al menos 21 estaban situadas en la RSS ucraniana». De hecho, por citar un ejemplo: existe un microfilme de Estados Unidos titulado «Records of the Department of State Relating to Internal Affairs of the Ukraine: 860E.00/108 THRU 860E.652/1: 1930-1939» que menciona en la imagen 9, dentro de un mensaje desde Polonia, que un tal Arnold Margolin tenía como propósito en su visita a Polonia: «the separation of the present Soviet Ukraine from the USSR, and its establishment as an independent state».
Como dijo Stalin: «Hace todavía muy poco, la desviación nacionalista local no era en Ucrania el peligro más grave; pero cuando se dejó de combatirla y se le permitió crecer hasta formar un bloque con los intervencionistas, se convirtió en el peligro principal». A partir de 1932 Stalin comenzó a atacar a la ucranización como forma de generar “contrarrevolucionarios”. Stalin propondría a Japón un tratado de no agresión pero lo rechazaron, a diferencia de Polonia, Finlandia, Estonia y Lituania que si lo firmarían (con excepción de Rumania por la disputa de Besarabia). Lo que a su vez encaja con el hecho de que en 1932 Radek, según los británicos, dijo que debido a esta conquista japonesa guardaron suficiente comida para mantener al ejercito al menos un año. Durante la Guerra Civil, cuando Stalin fue a Georgia después de derribar al Gobierno Popular y ser abucheado por los trabajadores, terminaría diciéndoles a los comunistas georgianos que «aplastaran la hidra del nacionalismo y crearan una atmósfera saludable de internacionalismo». De hecho la Internacional comunista en mayo de 1941 dijo que «es necesario desarrollar la idea que conjuga un sano nacionalismo, correctamente entendido, con el internacionalismo proletario. El internacionalismo proletario debe apoyarse en este nacionalismo de cada país […]. Entre el nacionalismo correctamente entendido y el internacionalismo proletario no puede existir contradicción alguna».
Volviendo al tema de Kosior. Este fue muy contradictorio en la hambruna. En agosto de 1931 dijo que el plan de adquisiciones era muy poco realista, pero Kaganovich le dijo que no era así, sino que los problemas se debían al robo y la ocultación del grano, después Kosior dio instrucciones a sus subordinados sobre estas ideas. Por tanto, podemos decir que esperaban que el hambre les hiciese trabajar, o al menos sacar el grano que ellos creían que ocultaban, como mostró Kaganovich tras su viaje por regiones de Ucrania a finales de 1932, donde afirmó: «Hay que dar un empujón al pueblo, para que los propios campesinos revelen los pozos de grano... Cuando nuestro espíritu no es tan duro como el metal las recolecciones de grano no tienen éxito», ¿cómo pretendían hacer que los propios campesinos sacasen el grano de los pozos si lo estaban ocultando? La única opción que encaja con todas las demás es usar el hambre como arma. Como observó Otto Schiller en su viaje a Ucrania en el verano de 1933, «De este modo, el campesino es mantenido bajo la amenaza continua y directa de la muerte por hambre y sólo puede escapar de ella a través de su trabajo en el koljoz, por el que recibe por la tarde una ración de sobra apenas suficiente para mantenerlo con vida».
O como expresó el medico Blonski, «No se les percibe como seres humanos golpeados por la desgracia, sino como meros sujetos pertenecientes a una fuerza de trabajo. Su única función es, por tanto, la de efectuar el trabajo. En este sentido, el hambre no se combatía en términos de lucha contra una catástrofe que afectaba a toda la nación, sino porque se percibía como una medida necesaria para restablecer la mano de obra. Así, se valoraba más un caballo que un ser humano. Se castiga la pérdida de un caballo, pero no se responsabiliza a nadie de las masas de personas muertas». Esto a su vez nos permite entender aún más la dekulakización, ya que los enemigos de clase no podían entrar en las granjas colectivas, tampoco recibir ayudas alimentarias ni tener cartillas de racionamiento, hay que hacer una diferencia aquí. Y es que al principio de 1933, las raciones de ayuda debían limitarse al proletariado y a quien tuviese conciencia de clase. Pero después se incluyó a campesinos individuales también en las asignaciones de ayuda. Como muestra una orden del 7 de febrero de 1933.
Como expresó un soviético en una carta a Stalin, «¿Considera el Comité Central que es permisible: […] b) privar a los que no cumplan el plan del derecho a comprar bienes industriales […]?». Lo que corrobora una carta enviada a Stalin el 14 de diciembre de 1932:
«El comité regional de Gorki pide la aprobación del Comité Central para llevar a cabo las siguientes medidas con respecto a los dos distritos de la región -Spassky y Ardatov- que están fracasando, a causa del sabotaje de los kulaks y de la resistencia de algunos comunistas y activistas, en las principales campañas económicas (pan, lino, patatas, carne, plan fin., madera): el cese del suministro de mercancías y la retirada de las mismas de los distritos, la prohibición total del comercio de las granjas colectivas, el pronto cobro de los préstamos y otros pagos a los agricultores colectivos y a los agricultores individuales, la depuración del aparato estatal, cooperativo y de las granjas colectivas de elementos ajenos y hostiles, la eliminación de los elementos contrarrevolucionarios por parte de los órganos de la OGPU y una pronta depuración de la organización del partido de estos distritos».
La respuesta que recibió fue afirmativa:
«Estar de acuerdo con la propuesta del comité del krai de Gorki de llevar a cabo medidas represivas contra los distritos de Spassky y Ardatovsky, que habían fracasado en importantes campañas agrícolas. Secretario del Comité Central».
En el discurso de Kaganovich en el Cáucaso Norte del 22 de noviembre de 1932 dice que «Tres stanitsy [asentamientos] del Kuban - Novo-Rozhdestvenskaia, Medvedovskaia y Temirgoevskaia - fueron incluidos en la lista negra.... Todos los bienes fueron sacados de las stanitsy de la lista negra y transferidos a los distritos y stanitsy que estaban cumpliendo bien el plan de siembra y aprovisionamiento... […] En diez distritos del Kuban se interrumpió la entrega de mercancías a las cooperativas y a los almacenes estatales, y en otros diez distritos que fracasaron más vergonzosamente en la siembra y las adquisiciones, además de interrumpir las entregas, se retiraron todas las mercancías. A los habitantes de las stanitsy incluidas en la lista negra se les advirtió que, en caso de que continuaran los sabotajes en la siembra y el aprovisionamiento de grano, serían deportados más allá de las fronteras del territorio a las oblasts del norte, y estas stanitsy serían asentadas por agricultores colectivos conscientes». En otra carta del CC CP(B)U se escribe que toda granja colectiva que no haya cumplido con su plan de aprovisionamiento tendrá «cinco días para entregar todas las reservas de las explotaciones colectivas sin excepción, incluidas las semillas de siembra, para cumplir con las cuotas de adquisición de grano».
¿Pero el requisito para entrar en granjas en listas negras era unicamente no cumplir con el plan? Al parecer no era el único. Según una «Resolución del Consejo de Comisarios del Pueblo de la URSS "Sobre un préstamo de semillas y alimentos para el Cáucaso Norte". № 198/32» se enviaría ayuda a las «granjas colectivas necesitadas» del Cáucaso Norte con «500 mil poods de avena para ayuda forrajera, y también 250 mil poods de centeno y 250 mil poods de maíz para la ayuda alimentaria».
¿Entonces cuales eran los requisitos para entrar en estas? Con lo que vimos arriba podemos decir que fueron las que opusieron resistencia, e hizo pensar al gobierno que por eso se debía la mala cosecha, las que entraron en estas. Es decir, las granjas que ponían resistencia entraron en las listas negras, para intentar hacer que comenzasen a trabajar, pero no toda granja necesitada entró en esta. O como expresó Stalin sobre los colonos especiales en 1936, solo a los que habían llevado un «trabajo honesto» debían percibir de nuevo la ciudadanía:
«Acelerar la restitución de los derechos de ciudadanía a la parte de la población de colonos, especialmente los jóvenes, que han demostrado en la práctica ser activos en la construcción de cooperativas agrícolas no estatutarias y han roto con su pasado de explotación tomando el camino del trabajo honrado».
Por lo tanto, la conclusión lógica de esto es que fuesen las granjas que no cumplían el plan las que se viesen más afectadas por el hambre, lo cual es lo que sucedió, como muestra una carta de Chubar a Molotov y Stalin del 10 de junio de 1932, que concluye: «En diciembre y enero se observaron casos de malnutrición y hambre tanto entre los agricultores privados (en particular, aquellos cuyas granjas y pertenencias fueron vendidas por no cumplir los objetivos de grano) como entre los agricultores colectivos, especialmente los que tenían familias numerosas».
Esta forma de ver el hambre, como una herramienta (no creada) para motivar a las personas a trabajar para no morir de hambre y a su vez beneficiar a la industrialización nos permite complementarlo con la actuación de las motivaciones en los campos del Gulag, como dicen los historiadores L. Borodkin y S. Ertz: «Dependiendo de la violación de la disciplina laboral, los trabajadores podían ser privados de la correspondencia durante seis meses, privados del uso de su propio dinero durante tres meses, transferidos a trabajos generales (para especialistas y personal de oficina), colocados en aislamiento durante veinte días, o podían ser colocados con salarios reducidos y peores condiciones de vida. […] La vinculación del consumo al rendimiento laboral en los campos en los que los reclusos ya estaban cerca de la subsistencia representaría una combinación de incentivos materiales y coerción». Un informe de la CIA destaca que las racione de comida eran malas e insuficientes, y que en muchos casos los horarios laborales se ampliaban hasta 12 horas para cumplir con el objetivo de producción, y si no se cumplía te reducían la ración de alimento.
Este informe de la CIA muestra esto:
Lenin en 1918 habla sobre las dificultades con el pan y culpando a la burguesía de especular con él, añadiendo además que uno de los fundamentos del socialismo es que quien no trabaja no come: «desbarata [la burguesía] el monopolio de los cereales y su correcta distribución recurriendo al soborno y a la corrupción y apoyando deliberadamente todo lo que tiende a destruir el poder de los trabajadores, que se esfuerza por poner en práctica el principio primordial, básico y fundamental del socialismo: "El que no trabaja, tampoco come". "El que no trabaja, tampoco comerá": todo trabajador lo entiende».
Stalin era un hombre de política, y siempre daba todo lo que podía a los que eran necesarios para sus objetivos, como expresó su hija años más tarde: «cuando veía potencial, se desvivía por atraerlo. Podía ser muy encantador cuando quería atraer e impresionar a la gente; les daba todo lo que necesitaban siempre que trabajaran para él...». Anselmo Santos pone varios ejemplos de artistas sovieticos que vivieron esto.
En la hambruna china, ocurrida entre 1958-1962, por unas políticas que quisieron seguir al modelo soviético de los años 30, como dice el historiador Andrea Graziosi, «En China, eslóganes como "Primero el centro, luego la localidad; primero los [envíos] externos, luego los internos" eran ya corrientes en 1958, y en 1960 los dirigentes encargados de alimentar a las ciudades y de suministrar bienes para la exportación declaraban abiertamente que las necesidades del campo tenían que ceder ante los intereses del Estado».
Pero queda una pregunta por resolver, ¿por qué pensaban así? Al realizar un análisis de clase presuponían que los que se resistieran a la colectivización, lo que implicaba negarse también a las adquisiciones de grano, debía ser porque eran enemigos de clase. Ergo, esto significaba que explotaba o especulaba, es decir, almacenaba el grano para si mismo para posteriormente venderlo y sacar beneficio propio (algo que haría el estado soviético). Es decir, junto a esto y los informes de que los campesinos se negaban a trabajar, o mejor dicho, trabajaban sin ganas y por tanto más lentamente, que los lugares donde no se cumpliese el plan de adquisición de la cosecha es porque retenían el grano para ellos. Como se dijo en el XV Congreso del Partido, «Pero cuando estos métodos no dieron los resultados adecuados en el cumplimiento del plan de aprovisionamiento de grano en el distrito (marzo-mayo), el comité ejecutivo del distrito tomó "medidas de emergencia" contra los maliciosos poseedores de excedentes de grano y pan». Por lo tanto, la existencia de las granjas colectivas no debe verse únicamente como un “castigo” a los que no trabajan, sino como una forma de que los campesinos sacasen a la luz el grano que ocultaban, de ahí que en las listas negras se prohibiese el comercio de bienes, se quitase todas las subsistencias y no se enviase nada dentro para ayudar. En otras palabras, el régimen al creer que el problema de las adquisiciones se debía al sabotaje y la especulación con la cosecha consideró que, puesto que tenían grano ya que lo retenían para si mismos, las granjas en listas negras harían que este grano saliese a la luz y, como dijo Lenin años antes, poder dejar a los enemigos de clase sin «métodos de subsistencia», darles un golpe tan fuerte que en nel futuro no quieran «oponer [más] resistencia», es decir, «debe dejarse sin pan durante varios días a los sectores ricos de la población porque ellos [ tienen stocks y]... pueden pagar precios altos a los especuladores», en palabras de Lenin. Por tanto, los campesinos se verían obligados una vez implantadas las listas negras a «retirarlo [las existencias de grano] a los puntos de recogida de grano», como decía un informe de la época.
Algo que no es raro, de hecho, antes se dejaba comerciar con el grano a quien cumpliese su pago de impuestos, una vez lo cumplían podían hacer lo que quisieran con el grano. Ahora se hizo lo mismo, mencionando el mismo documento de archivo anterior, «los campesinos que no entregan concienzudamente sus excedentes de grano y pan en los puntos de remisión son privados de recibir la mercancía en las sociedades cooperativas, y los que llevan sus excedentes al mercado y los venden a precios especulativos son excluidos de las participaciones y su venta de mercancías es detenida, según una resolución de la asamblea de la cooperativa, colocándose las listas de estas personas en lugares destacados para información de todo el campesinado».
De hecho, Vert y Mironenko encuentran que «las raciones medias para los trabajadores duros llegaban a las 4.000 kcal por persona y día, las de los presos que no cumplían las normas de producción eran mucho menores. Además, las listas de raciones de 1939 describen una ración de castigo que era tan baja como 1670 kcal por persona y día, e incluso esta ración de hambre virtual se redujo a 1238 kcal por persona y día en abril de 1942». O como dicen Conquest en la introducción de libro de los historiadores Gregory y Lazarev «Marx había considerado que el trabajo esclavo no era rentable porque el esclavo no tenía ningún incentivo económico. El Gulag se diseñó para crear un incentivo: a menor producción, menores raciones».
Por tanto observamos como aunque no quisieron crear una hambruna, debido a pensar que el hambre era culpa de los enemigos de clase, y no de su política de colectivización forzosa junto al clima, llegaron a pensar que el hambre sería una forma de hacerles trabajar para con el estado proletario. Por ejemplo, como muestra M. Tauger, la superficie sembrada en 1933 fue mucho mayor que en 1932, cómo es esto posible si se morían de hambre? Por tanto, la idea de los soviéticos usar el hambre como arma “reeducativa” dio sus frutos, como reflejó un discurso del Bajo Volga de junio de 1933 que dice: «Las compras de grano son una palanca con la que logramos la reeducación socialista del agricultor colectivo. Le enseñamos a pensar de forma diferente, ya no como propietario de grano sino como participante en la competencia socialista, relacionándose de forma consciente y disciplinada con sus obligaciones para con el Estado proletario». Hasta se habló de realizar una reeducación socialista de las plantas.
Y esto dio sus resultados, tanto en términos cualitativos como cuantitativos. Un informe de 1936 indicaba que la «actitud de los agricultores colectivos hacia el trabajo socialista ha cambiado drásticamente, con el resultado de que la gran mayoría de los agricultores colectivos empezaron a cumplir o superar sus estándares de producción para el trabajo agrícola básico». De hecho se creó un Sindicato por la Disciplina (Soyuzy dlya bor'by za distsiplinu). Algo que Stalin ya expresó en 1929 al hablar del método Ural Siberiano, con el cual movilizarían, según él, a los pobres y medios contra los kulaks y sobre esta base «las educamos políticamente y las organizamos en un vasto y poderoso ejército político». Algo que incluso Trotsky llegó a expresar entre 1925-27 al decir que «seguramente no podemos mejorar al hombre. ¡Pero sí podemos! Producir una versión nueva, «mejorada», del hombre es la futura tarea del comunismo. […] tenemos que averiguarlo todo sobre el hombre: su anatomía, su fisiología y esa parte de su fisiología que denominamos psicología». Algo que se materializaría durante la hambruna en las medidas adoptadas a partir de agosto de 1932, las cuales Stalin definió un tiempo atrás en una carta a Kaganovich como una medida necesaria para mejorar la opinión pública. Y que el mismo Stalin en la XVII Conferencia del partido en 1932 dijo que se debía crear “una disciplina socialista ejemplar en las fabricas y koljoses”, lo que se conseguiría con la liquidación de los elementos capitalistas y la supervivencia del capitalismo en la economía “y en la mente de la gente”.
Esta búsqueda del cambio de la mentalidad de las personas modificando las condiciones materiales tampoco es algo nuevo, ya en el «siglo XVIII David Hartley y Joseph Priestley sostenían que la mente estaba constituida por impresiones sensoriales; que las impresiones sensoriales nacían del entorno de cada uno, y que, si se conseguía dar a ese entorno otra forma a fin de generar los datos sensoriales “adecuados”, el comportamiento humano podría modificarse drásticamente a mejor».
Por ejemplo, una comisión fue la enviada a Cáucaso Norte y Bajo Volga, decisiones tomadas el 22 y 29 de octubre de 1932, donde fueron Kaganovich, Mikoyan, Yurkin, Gamarnik, Shkiryatov, Chernov, Yagoda y el secretario general del comité del Komsomol, Kosarev, el principal objetivo de esta comisión fue acabar con el sabotaje de la siembra, allí encontraron confusión e incertidumbre en la adquisición de cereales, descubrieron además que algunas granjas colectivas falseaban los datos de las entregas de grano con la excusa de la falta de grano, declarando esto como “auténtico sabotaje”, tras esto pedirían que se pusiesen en las listas negras a 3-5 “stanitsas”.
El memorándum de abril de 1933 dice: «la actitud de los agricultores colectivos este año (en el sentido de su disposición a luchar por la cosecha) es incomparablemente mejor no sólo que el año pasado, sino también que en años anteriores. Las causas de esto son a) la comprensión de que... el mal trabajo en el koljoz conduce al hambre...». Una chica del Komsomol en Siberia hacía activismo a favor de las personas que estaban siendo maltratadas por funcionarios locales y que en respuesta a esto «se vengan de mí de todas las maneras posibles, me matan de hambre […] No conseguirán doblegarme aunque me maten de hambre». Y el recuerdo de un hombre del Cáucaso en 1933 que dará por concluido el análisis de esta sección dice: «Los campesinos individuales corren un peligro especial, ya que están completamente abandonados a su miserable suerte, mientras que los miembros de las granjas colectivas reciben alguna ayuda del Estado, aunque en el mejor de los casos sea bastante insuficiente».
Podría decirse que en esta hambruna se aplicaron «las medidas que más eficazmente paralicen la resistencia de las clases hostiles», en palabras de Guberman sobre el plan quinquenal de 1929/30. Mientras que, como dijo Lenin hablando sobre la contabilidad en la URSS y que debía llevarse a las masas, las «comunas sobresalientes [debían ser] recompensadas inmediatamente». Otro ejemplo es un informe de 1930 en una fabrica, que dice: «Había descontento entre los trabajadores porque la administración, en la lucha por un plan de producción, trasladaba a los trabajadores que no cumplían el ritmo de producción a puestos de trabajo peor pagados o los despedía de la empresa». Lo que el historiador Peter Gatrell denomina como «"trabajo de choque", la ampliación de las diferencias salariales y la creación de un acceso diferenciado a los bienes racionados». (Economic and Demographic Change, 1900-2000) Si solo tuviésemos en cuenta las ayudas, podríamos pensar que el régimen buscaba paliar la hambruna de todas las formas posibles. Pero, si esto fuese así, ¿entonces porque Kotov, de la región del Cáucaso Norte fue ejecutado por dar 1kg de grano a los campesinos hambrientos en lugar de los 491gr exigidos? Podríamos decir que buscaban matar de hambre, lo que entraría en contradicción con esos 491gr de grano exigidos, o podríamos pensar que creían que estaba ayudando a enemigos del pueblo, y que por eso pasaban hambre, ayudándoles a acaparar y por tanto fue reprimido. En una conferencia de secretarios de distrito del partido, principalmente del Kuban, Sheboldaev insistió sin rodeos en que había que destruir la oposición a las recolecciones de grano, "empezando por ustedes, los secretarios de distrito, y terminando por los agricultores colectivos": «La represión debe llevarse al límite, para que no se burlen de nosotros por nuestra impotencia».
Para ponerlo en perspectiva, «a quien se negara a trabajar se le privaría de todo alimento, y los testarudos serían fusilados en el acto», y no, no hablamos de la Unión Soviética, sino de los mismos nazis. Así pues, Stalin recibía documentos sobre la entrada de kulaks en las granjas colectivas y que las saboteaban, y que para fortalecer la organización de los koljoses debería aplicarse medidas duras, siguiendo los pasos de Lenin, ya que «sin el establecimiento de una firme disciplina laboral es imposible fortalecer las granjas colectivas. El VI Congreso de los Soviets de la URSS, de acuerdo con las enseñanzas de Lenin, decidió aplicar la regla socialista básica en las granjas colectivas: "El que no trabaja no come". Desde el VI Congreso de los Soviets, las granjas colectivas habían avanzado en el fortalecimiento de la disciplina laboral pública, especialmente en los distritos de Tataria, la región de Moscú, la región central de Chernóbil, el Volga Medio, Siberia Occidental, la ASSR de Crimea y la región autónoma de Kabardino-Balkar, mientras que algunos distritos, especialmente el Cáucaso Norte, Ucrania, el Bajo Volga, Kazajistán y el Lejano Oriente estaban atrasados», como dijeron el Presidente de la CEC de la URSS A. Chervyakov y el Secretario de la CEC de la URSS A. Enukidze, el 30 de enero de 1933, unos meses antes de alcanzar el pico de mortalidad. Todo este apartado puede resumirse en las palabras de Stalin, que salen en la película de Aleksandr Nevsky (1938), de Eisenstein: «Y si alguien viene a nosotros con una espada, por la espada morirá. Tales son los cimientos de la tierra rusa». ¿El uso del hambre como una herramienta correctora es algo puramente soviético? De hecho no, y que no sea puramente soviética es lo que la hace más realista, por ejemplo «en 1785, en su Disertación sobre las Leyes de Pobres, William Townsend argumentó que "el hambre domará a los animales más feroces, enseñará decencia y civismo, obediencia y sujeción, a los más perversos. En general, es sólo el hambre lo que puede incitarlos [a los pobres] a trabajar..."». Un periódico español de 1935 mostraba una carta abierta a Stalin por parte de campesinos, la cual decía: «Habiendo “liquidado” la clase de los “kulaks”, emprendéis la depuración de los koljoses para arrojar de ellos a todos los “descontentos” de vuestra política rural».
Además, el grupo de personas que consideran la hambruna como culpa del clima y resistencia campesina aluden a que en esa región siempre ocurrieron hambrunas de forma bastante habitual, por lo que esa hambruna no es algo diferente al resto de hambrunas. Se registraron más de 350 años de hambruna en la parte europea de Rusia. Los peores períodos de hambruna se registraron en 1024, 1070, 1114-1115, 1126-1128, 1230-1231, 1279, 1420-1422, 1601-1603 ("Gran Hambruna"), 1732-1734, 1785-1789, 1833-1834, 1873-1874, 1891-1892 ("Hambruna del Zar"), 1896-1898, 1901-1902, 1906-1907, 1911-1912, 1921-1922, 1924-1925, 1932-1933, 1946-1947. En cualquier caso, este argumento usado mayormente por socialistas defensores de la URSS, es ante todo hipócrita. Primero de todo porque mientras te dicen que el sistema soviético mejoró a su vez te dicen que el sistema se veía igual de perjudicado que los anteriores al aludir que es algo “normal”. Y segundo, mientras dicen que se debía al clima, también son los mismos que dicen que la hambruna de Bengala fue creada por Churchill, cuando las hambrunas en este lugar también son cosas “normales”, la primera en 1770, seguida de 1783, 1866, 1873, 1892, 1897 y la hambruna en cuestión, 1943-44. No entraré a analizar este tema, pero otros autores como Tauger, afirman que la hambruna se debió principalmente a factores climáticos. Como ocurrió también en Bengala en la hambruna de 1770, las personas que no pagaban sus impuestos se les hacía pagarlos a la fuerza y si se negaban eran ahorcados.
Además, aunque es cierto que las hambrunas son “normales” en esa región, para nada es normal la distribución de los afectados. Históricamente las regiones que en esta hambruna más se vieron afectadas fueron las que menos sufrieron el hambre en otras hambrunas “normales”, lo que revela la “anormalidad” de la hambruna “normal” de 1932-33, «A diferencia de las regiones centrales de Rusia, las tierras de los cosacos apenas se veían afectadas por el hambre.»
Veamos todos los oblasts en su conjunto en ambas hambrunas:
Como observamos, varias regiones que anteriormente fueron de las menos afectadas por el hambre, ahora son las que más se vieron afectadas. Por ejemplo tenemos a Kyiv, o Kharkiv, la cual estaba en una mortalidad media y pasó a una mortalidad alta, mientras que Dnipropetrovks estaba en una alta mortalidad y en 1932-33 pasó al grupo de baja mortalidad (al hablar de alta, media o baja mortalidad nos referimos a comparación de otros oblast del mismo periodo). Lo que indica una anomalía en la hambruna. Según un estudio de demógrafos ucranianos el número total de muertes fue de 7.5 millones de personas, siendo el 90% en 1933, es decir, 6.75 millones de personas. Alec Nove concluye que, «En los archivos hay un documento sobre la población en 1930-34, que señala "tasas de mortalidad excepcionalmente altas en 1933 en Ucrania, el Bajo Volga, el Cáucaso Norte y la región central de la tierra negra; sólo en Ucrania el número de muertos fue de 2.9 millones, es decir, más de la mitad de todas las muertes en la URSS, aunque la población de Ucrania era sólo una quinta parte de la de la URSS". Estas cifras son muertes registradas. Me parece que, si tres cuartas partes del millón de muertes no registradas se produjeron en Ucrania, el total de muertes en ese año fue del orden de 3.7 millones; restando las muertes "normales" se obtiene un total aproximado de 3.1-3.2 millones de víctimas de la hambruna en ese sombrío año 1933 sólo en Ucrania». Un informe de 1934 menciona que el "cese de la inscripción en los libros de registro se debió a que estos libros eran insuficientes para las muertes masivas. Las comisiones, creadas por el consejo del pueblo, tenían como primer objetivo retirar los cuerpos y enterrarlos. La tarea de registrar las muertes era, por supuesto, secundaria. Según la opinión unánime de todos los jefes de los ayuntamientos de los pueblos, en todos estos casos hay un importante subregistro de muertes en este periodo". Volkov, en su análisis del censo de 1937, «denunciado y suprimido», calcula que la caída demográfica producida entre 1933-34 fue de 6.1 millones de personas.
Algunas personas consideran que murieron hasta 12 millones, otros se quedan en casi 3 millones. Como podemos ver existe una gran disparidad entre datos. Por ejemplo, Michael Ellman dice que son entre 7.2-8.1 millones, mientras que Stephen Wheatcroft dice que fueron 5.7 millones. Las cifras se sustentan en la declaración de Anton Antonov-Ovseyenko sobre que el censo de 1937 mostraba un déficit de población de 7.7 millones de personas. Además estos datos también se sustentan con el estudio de V. P. Danilov, el cual concluye que las exportaciones realizadas en la hambruna hubiesen salvado entre 7-8 millones de vidas. Esta discrepancia entre la cantidad de muertes la muestra perfectamente el historiador Dalrymple con la siguiente tabla:
Un informe de 1957 sobre la mortalidad registrada entre 1913(1926)-1955 indica que en 1933 hubo una mortalidad el doble a la registrada en 1932, de 40,2 por cada 1000 habitantes, teniendo en cuenta que en 1932 había una población de, aproximadamente, 156.21 millones de personas, esto daría una mortalidad de 6,24 millones de personas. Si por ejemplo tomamos la población que Stalin cita el 7 de enero de 1933, de una revista italiana, en su Balance del Primer Plan Quinquenal, de 160 millones, daría un numero total de muertes en la URSS de 6,4 millones de personas. Otro informe de 1934 menciona que la media entre el rural y el urbano en mortalidad es de 41,55 por cada 1000 habitantes, lo que daría unas 6,65 millones de personas. Sumando las personas no contabilizadas y restando el numero de muertes normales, podemos concluir un rango aproximado de muertes en toda la URSS de entre 4,3-4,47 millones, teniendo en cuenta que los demógrafos ucranianos calculan 7,5 millones en la URSS y 3,9 millones para solo Ucrania, si ajustamos a los dos rangos esta cifra nos da un rango de entre 2,2-2,28 millones y 3,38 en Ucrania [media de 2,62 millones], sabiendo que los archivos muestran una caída de 3,2 millones, podemos concluir que las muertes en toda la URSS están entre los 5,5 millones y los 6,5 millones, siendo una media de 6 millones. De todas formas, es probable que muriesen/escapasen más personas en Ucrania al numero mencionado: la población de 1932 era de 31,61 millones de personas, y la población de 1937 era de 28,2 millones, si al numero de 1932 le quitamos los 3,38 nos quedan 28,23 millones, teniendo en cuenta que la población comenzó a aumentar de nuevo poco a poco a partir de 1934, tenemos que tener en cuenta que, al menos, 1 millón de personas nacieron. Por lo que la población de 1937 debería ser, al menos, de 29 millones, y en cambio esto se obtuvo en el censo de 1939.
Usando datos de Davies y Wheatcroft, observamos que la media de mortalidad en 1933, según sus datos, fue de 33.29 por cada 1000 personas, lo que daría una mortalidad de 5,2 millones, lo que , en conclusión, nos daría un rango de muertes de entre 5,2 millones y 6,5 millones, una media de 5,85 millones. Es decir, en Ucrania serían entre 2,7 millones y 3,38 millones. El historiador Valery Tishkov considera que murieron en Ucrania 3,5 millones de personas. El 12 de marzo de 1933, Khatayevich, por aquel entonces Secretario del Comité Regional de Dnepropetrovsk, dice: «En ciudades como Melitopol o Berdyansk se han recogido entre 3 y 4 docenas de cadáveres en la calle durante las últimas 2 semanas. En las estaciones (sólo en las grandes estaciones centrales) se encontraron unos 150 cadáveres de personas que murieron de hambre y agotamiento, según el departamento de policía secreta de la OGPU.[…] Según los datos del Departamento Regional de la GPU, el número de personas que murieron de hambre o en relación con la hambruna agravada fue de unos 1600 el 1 de marzo, el número de los que enfermaron o se hincharon en 23 distritos fue de 16000. Estas cifras son, sin duda, exageradas en algunos casos, pero no incluyen una serie de otros casos que aún no se han registrado y contabilizado.» Un informe de un medico de la región de Kiev en 1934 afirmaría: «la cámara de cadáveres de la ciudad de Kiev para el año 1933 tenía una sola tumba. En 1933 se encontraron 9472 cadáveres en Kiev, de los cuales 3991 fueron registrados, 5481 cadáveres no fueron registrados». Por tanto, en toda la URSS hubo una media de 5,96 millones de muertes en exceso. Como dice el siguiente estudio:
las comprobaciones realizadas en 1934-1935 sobre el funcionamiento del ZAGS [red de registros locales de nacimientos, matrimonios y defunciones, Departamentos de Actos del Registro Civil] mostraron que, de hecho, las muertes en las regiones más afectadas por la catástrofe habían sido subregistradas. Además, los resultados finales del ZAGS para 1933 eran mucho más elevados de lo que mostraba este documento de 1935. […] En realidad, la presencia de la hambruna era evidente, pero se hizo todo lo posible por ocultarla.
En un memorándum del jefe del Gosplan sobre los resultados preliminares del censo de 1937 deja caer como los registros civiles no son completos, y en cierta medida hay que aumentar el numero registrado: «Los datos del censo demuestran que la influencia de la resistencia de los kulaks en la población era mucho mayor que la que se desprende de la inscripción de los nacimientos y las defunciones en los registros civiles.» Un informe de abril de 1934 de la región de Odesa menciona que «A finales de marzo de este año, la Administración Nacional de Economía de Ucrania llevó a cabo una encuesta sobre el trabajo del registro civil en una serie de ayuntamientos de todas las regiones de Ucrania. La encuesta ha revelado una serie de hechos que demuestran que los registros de nacimientos y defunciones en los ayuntamientos de los pueblos son criminalmente defectuosos. […] No cabe duda de que en un gran número de consejos de aldea el trabajo de registro de la población está en manos ajenas, en manos del enemigo de clase, directamente interesado en enturbiar el [proceso de] registro, en distorsionar el verdadero estado de las cosas, inflando infraganti la mortalidad y subestimando las tasas de natalidad. La inspección también reveló que, como resultado de la actividad de los enemigos de clase, hubo numerosos casos en los que se emitieron dos o tres tarjetas para una misma persona fallecida, o que la misma persona fue registrada dos veces en dos consejos de pueblo, o que las estadísticas vitales no se registraron maliciosamente en absoluto. Incluso en los ayuntamientos mejor gestionados, los libros de registro se manejan de forma descuidada, las inscripciones de las defunciones carecen de las firmas de los testigos, [o] de las firmas de los funcionarios del ayuntamiento, el orden numérico está desordenado, hay omisiones en los libros [de registro], todo lo cual propicia todo tipo de abusos y maquinaciones perjudiciales. […] Se descubrió que en algunos ayuntamientos los libros [de registro] eran simplemente robados, posiblemente con fines contrarrevolucionarios.», sobre las instrucciones con los registros se debería, en cuarto punto, «retirar los libros de registro de defunciones de los ayuntamientos: para 1933 de todos los ayuntamientos sin excepción y para 1932 según la lista proporcionada por la Administración Nacional de Estudios Económicos. Transferir los libros de registro de los consejos de aldea retirados a los comités ejecutivos de las regiones para que los guarden como material clasificado.» Un informe de 1933, dice: «Desde el 1 de enero hasta el día de la encuesta, el 17 de febrero, 18 personas, la mayoría niños, murieron de inanición. Sin embargo, no existen registros precisos de las defunciones; especialmente en los casos de muertes en las afueras del pueblo. La encuesta descubrió, por ejemplo, que un niño de 7 años del agricultor colectivo Nogaichenko murió sin que nadie supiera de su muerte». Otro informe de 1933 menciona que en pueblo de Semenovka murieron en el invierno de 1933 más de 250 personas y hubo «muchas no registradas». En uno del 17 de mayo de 1933 dice que «los muertos no se registran en los ayuntamientos, se llevan a los cementerios sin ataúdes, se dejan en el suelo; hay muchos casos en los que los cadáveres de los muertos no se llevan al cementerio, sino que se entierran en huertos, patios y establos». Wheatcroft, en su análisis de los primeros 35 años de poder soviético afirma que «El nuevo régimen revolucionario llegó al poder con la promesa de dar pan al pueblo y mejorar en general el bienestar popular a medida que la sociedad avanzaba hacia el comunismo, una época de abundancia. En consecuencia, los dirigentes bolcheviques fueron sensibles a los indicios de que el bienestar no aumentaba y ejercieron una presión considerable para eliminar esos indicadores peligrosos. La publicación de estadísticas se detuvo en cuanto se registraron indicadores no deseados». Un informe de 1934 sobre los datos de población menciona que los fallos a la hora de realizar un registro correcto «se puede afirmar que el fenómeno es de carácter global». Teniendo esto en cuenta, podemos establecer el numero de muertes en un rango que va del mínimo registrado en la mortalidad, 5.96 millones, hasta 6.5 millones. Siendo finalmente la media de unos 6,23 millones de muertos. Un numero que, como menciona un informe: «en cuanto al año 1933, no sólo no produjo un aumento natural, sino que, por el contrario, dio una pérdida de población muy considerable» y además la «altísima tasa de mortalidad de 1933 se distribuyó de forma desigual en la URSS y se concentró en Ucrania, el Cáucaso Norte, el Bajo Volga y la región central de Chernóbil (sólo en la RSS ucraniana el número de muertos ascendió a 2,9 millones, es decir, más de la mitad de los de la URSS, mientras que la población ucraniana sólo constituía una quinta parte de la población soviética total)». La Duma Rusa acepta la cifra de “casi 7 millones de personas”: «En 1932-1933 murieron cerca de 7 millones de personas a causa del hambre y las enfermedades relacionadas con la malnutrición».
No considero que la hambruna haya ocurrido por el clima debido a que los campesinos siempre han aprendido a defenderse de estas adversidades climáticas. Incluso los propios terratenientes crearon formas de mantener alimentados a los campesinos, por ejemplo, «los nobles de Livland y Estland acordaron en 1763 que cada propietario debía mantener una reserva de grano para sus campesinos hasta la siguiente cosecha.» Lo que no quiere decir que las hambrunas anteriores también fuesen creadas o al menos producidas por la mano del hombre. Lo que quiero decir es que el campesino siempre aprendió a guardarse semillas para poder plantar cuando crea conveniente, como dijeron una vez: <<1 campesino haría más que 1000 de los tontos que nos mandan>>, y es que los que estuvieron al mando de las siembras fueron esos 1000 tontos que no pudieron igualar a la sabiduría de los campesinos:
Cuando éramos independientes, cada uno tenía una reserva disponible para sembrar cuando más lo juzgara oportuno. Ahora hay que esperar la aprobación de los agrónomos del gobierno, que ignoran las particularidades del suelo, dan su autorización luego de días enteros de demora (a veces semanas), perdiéndose un tiempo precioso, o bien prescriben semillas que no están adaptadas a la región, y entonces… las semillas llegan cuando ya no sirven para nada, teniendo que comérnoslas para no morir de hambre.
Una carta de Stalin a Kaganiovich, del 17 de julio de 1932, dice: «Al mismo tiempo, el NKZEM [НКЗем: Наркомзем СССР; Comisariado del Pueblo para la Agricultura de la URSS] no se da cuenta de que, dada la expansión indiscriminada de la zona y el desembolso incontrolado de enormes sumas, los trabajadores no tienen ni el deseo ni el tiempo, no sólo para mejorar el trabajo y aumentar los rendimientos, sino incluso para pensar seriamente en ello. Además, el NKZEM subestima los problemas de la calidad del trabajo y el aumento del rendimiento hasta tal punto que aún no se ha molestado en comprender, desde el punto de vista de la experiencia y la ciencia, qué abono es necesario para cada cultivo, cómo utilizarlo, etc. El resultado de todo esto son unos costes elevados y mucha maquinaria por un lado, un deterioro de los campos y un efecto económico insignificante por otro. […] Pueden destruir nuestras granjas estatales en el campo. Pueden socavar nuestras granjas colectivas y obligar a los campesinos a abandonarlas como organizaciones no rentables.» Stalin a Kaganovich, el 19 de agosto de 1931 le dijo: «Tuvimos una experiencia cuando Narkomsnab pasó cuatro meses contando sus propias existencias de grano y aún así no pudo contarlas correctamente.» Está claro que los errores durante el primer plan quinquenal fueron muchos y algunos bastante graves. Como ocurrió en la hambruna irlandesa, que, como dice el historiador Philip Slavin: «Cuando las patatas irlandesas fracasaron estrepitosamente y los niveles de producción agregados disminuyeron de unos 13 millones de toneladas en 1844 a unos 9 millones de toneladas en 1845, a 3 millones de toneladas en 1846 y a los abismales 2 millones de toneladas en 1847 (sólo para aumentar ligeramente a 3 millones de toneladas en 1848 y a 4 millones de toneladas en 1849)114 , todavía había buenas cantidades de cereales (sobre todo de avena), además de productos lácteos y arenques que podían mantener, al menos parcialmente, a la población irlandesa»
Algo que recalca un soviético de la época:
«El principal descontento de los agricultores colectivos va en la línea de: a) críticas a nuestra mala gestión de los trabajos agrícolas y contra la administración; b) casi en todas partes se oye expresar abiertamente el temor de que "en la región pase lo mismo que en Ucrania", y las provocaciones de los kulaks de este tipo casi no se contrarrestan; c) quejas por la falta de ropa y otros productos manufacturados.»
Además, antes de que comenzase el año 1933 ya comenzó a mejorar el clima, como dice Kosior en octubre de 1932 a Stalin, «El tiempo es ahora excepcionalmente favorable en todo el sur de Ucrania, incluso en la Margen Derecha, tanto para la siembra como para el fortalecimiento de los brotes tardíos». Otro ejemplo se encuentra en el discurso de Stalin del 11 de enero de 1933, donde hablando del clima, menciona que el mal clima ocurrió en «algunas regiones de Ucrania.», quiero recalcar la parte de «algunas regiones», es decir, no todas. Stalin en una carta a su esposa, fechada el 29 de septiembre de 1931, un año en el que hubo sequía, menciona que «hubo, como dicen aquí, una tormenta "sin precedentes". La tormenta sopló durante dos días con la furia de una bestia enfurecida. Dieciocho (18) grandes robles fueron arrancados de raíz en nuestra dacha. Tres robles gigantes frente a la dacha en la montaña (en Puzanovka) fueron arrancados de raíz. La temperatura del suelo bajó a 4 grados réomur el 28 de septiembre. El tiempo empieza a despejarse, pero hay que avivar la estufa». Por poner otro ejemplo de otro caso de hambruna, como la de 1891-92, el historiador Robbins dice: «Aunque la recolección total de cereales en la Rusia europea fue muy inferior a la normal, el impacto total del desastre se limitó en gran medida a las zonas agrícolas del Volga y del centro. En el suroeste, en Ucrania y en la Nueva Rusia, las cosechas fueron sólo ligeramente inferiores, y en algunos casos incluso superiores, a la media del periodo 1883-87». De hecho, Tauger argumenta que la mala cosecha de 1932, creada por la roya, produjo la hambruna de 1933, pero de hecho, como señala Wheatcroft, un especialista soviético en la roya, Naumov, demuestra que las perdidas por la roya son mayores en 1933 que en 1932, por lo que la importancia de la roya en la cosecha de 1932 no es tanta como Tauger quiere decir, «lo que también debería hacer que nos resistiéramos a insistir demasiado en la importancia crítica de la roya del trigo generada externamente como factor causal de la hambruna de 1932-3.» Lo que se refuerza aún más con los comentarios del departamento de agricultura estadounidense: «La Unión Soviética está situada mucho más al norte que Estados Unidos y la producción agrícola soviética se ve obstaculizada por la insuficiencia de las lluvias y las bajas temperaturas. Sin embargo, el efecto adverso de estas condiciones se ha visto agravado por diversos factores institucionales y político-económicos.» Un estadista soviético de la época, Kubanin (despedido en abril de 1941 y fusilado en octubre del mismo año), dice: «en general, la productividad del trabajo en la agricultura de la URSS era de 5 a 7 veces menor (dependiendo de las posibilidades de la metodología elegida) que en los EE.UU., donde 1 trabajador alimentaba a 10-12 personas, y nosotros teníamos 3-4 personas». Años más tarde, para la década de los 60, el departamento de agricultura de EEUU concluiría que un agricultor estadounidense alimentaba a 25 personas mientras que en la Unión Soviética seguiría siendo de 2-3 personas. Además, como sugiere Amartya Sen (refutada en muchos casos pero que en este sentido es de mucha utilidad para este análisis como veremos más adelante), no tenemos que tener en cuenta tanto la disponibilidad de los alimentos (aunque en esta hambruna hay que tenerla en cuenta) como la distribución de estos, algo que realizo en resumen más adelante y en profundidad en la bibliografía, esto lo tenemos que tener en cuenta por ejemplo en el caso de las personas que, por verdaderos delitos o no, perdieron el derecho a recibir cartillas de racionamiento, por ejemplo, y que por tanto se podían ver mucho más afectados que otros por una hambruna, «los derechos civiles siempre estuvieron subordinados a los derechos económicos», en palabras del historiador Paul Bets.O como lo expresa Yuri Slezkine: «los empleos y los ascensos, las admisiones a gimnasios y las facultades, la pertenencia al Partido y la liga de la Juventud Comunista (Komsomol), el acceso a la vivienda y los servicios, los impuestos y las decisiones de los tribunales dependían de la pertenencia de clase, que a su vez dependía de sus “orígenes” y de la ocupación». Algo que a su vez puede observarse en multitud de momentos, donde por ejemplo, el ejército está mejor alimentado, lo que muestra una jerarquización de la comida.
Teniendo en cuenta que la cosecha de 1933 fue mucho mayor a la de 1932 podemos concluir que la afirmación de Wheatcroft tiene más peso que la de Tauger, de hecho, un informe del Banco Mundial sobre las hambrunas cita varios ejemplos de como, aún con una caída del 40% de la cosecha en países pobres, como por ejemplo Cabo Verde y Zimbawe, una situación muy similar a la de Ucrania por aquella época, no hubo ningún tipo de hambruna, sino que la mortalidad siguió descendiendo. Otro ejemplo es en 1873 y 1880, cuando hubo graves pérdidas de cosechas en la región del Volga. La población comía sustitutos y se desarrolló la pobreza, pero no hubo hambruna masiva. Wheatcroft en su estudio de las crisis y los campesinos en la Rusia Imperial tardía dice que «es importante recordar que este tipo de crisis [crisis del nivel de vida de los campesinos] no es necesariamente una consecuencia de una crisis en la producción agrícola. El nivel de vida de los campesinos se vería muy afectado por una crisis agrícola, pero de una manera compleja que se vería modificada por el papel del mercado y del gobierno». Incluso durante la Gran Depresión de los años 30, la mortalidad disminuyó. Y es que, como podemos observar en los siguientes datos, las caídas de producción son constantes, ¿por qué no ocurren hambrunas constantemente? Precisamente esto es así porque los campesinos tienen reservas de los años anteriores, véase por ejemplo la caída de la producción per cápita en un 50% de 1904 a 1905:
Otro ejemplo ocurrió en la segunda guerra mundial, cuando «las medidas sistemáticas de evacuación de las autoridades soviéticas, aplicadas de acuerdo con una estrategia de "tierra quemada", habían llevado a la eliminación de las reservas de productos alimenticios y materias primas, del forraje para el ganado y del propio ganado del territorio amenazado por la ocupación alemana. Todo lo que no pudo ser evacuado a las regiones del este se ordenó destruir o arruinar mediante la quema, la inmersión en agua, la gasolina, etc. Las reservas de productos alimenticios (bodegas, almacenes, bases) que quedaban después de la retirada del Ejército Rojo fueron tomadas por la población local, que preveía el inicio de tiempos difíciles.» Incluso la producción agrícola por día de trabajo se redujo a la mitad, de 1,6 kg por día de trabajo en 1940 a 0,7 kg por día de trabajo en 1943. Y no se produjo ninguna hambruna, si bien las personas estaban trabajando a niveles de consumo realmente bajos. En la hambruna finlandesa de mediados-finales de la década de los 60 del siglo XIX, aunque la mortalidad fue mayor en las zonas con escasez de cosechas, «una cuarta parte de todas las muertes se produjeron en regiones que no se vieron gravemente afectadas por la disminución de las cosechas».
Aunque a día de hoy el consenso se encuentra entre la relación directa entre el hambre y la colectivización:
Numerosas fuentes, ambas científicamente encargadas por los historiadores rusos en las últimas décadas y recientemente desclasificadas como parte del proyecto 1929-1934 de la Agencia Federal de Archivos, apuntan incontrovertible al vínculo inextricable entre el hambre y la colectivización estalinista.
Algo que corroboran los documentos desclasificados existentes:
Hemos arruinado por completo la agricultura ucraniana, sin mencionar las granjas colectivas. Los agricultores colectivos dicen sin rodeos: señorío. Pero el terrateniente nunca llevó la aldea a tal estado como lo hicimos nosotros en estos dos años. […]En Ucrania nadie tiene derecho a comer patatas, el 90% de los distritos de Ucrania no tienen patatas en absoluto, y donde había patatas el año pasado, no habrá más para este año. Los errores del año pasado serán finalmente "corregidos" este año. El distrito de Bobrynets tenía patatas, le "impusieron" un "plan" sin cabeza y sin alma, que sólo pudo cumplir en un 35%, despojando a los campesinos de sus medios de vida. Finalmente hemos destruido la avicultura, y ahora las últimas aves de corral están siendo retiradas de la cosecha de carne en aquellos distritos donde se han salvado.
Documento real, el fragmento de arriba se encuentra en la página 3:
Se suele argumentar también que muchos “kulaks” decidieron saquear los almacenes porque querían “apoderarse” del grano antes que quedarse igual que los demás, lo cual es un intento más que simplista sobre el porque se producían estos ataques a los graneros. Es cierto que existieron quema de graneros (y cosechas), o incluso el robo de estos. Pero en casi ningún caso fueron, como el mito socialista dice, “campesinos ricos que prefirieron matar de hambre a las personas”, algo que ciertamente sucedió, por ejemplo, en la hambruna europea de 1315-17 o, según un narrador, en la hambruna rusa de 1601-1603. En realidad no podrían llegar a argumentar que los ataques a los graneros también ocurrían para distribuir la comida requisada a los necesitados debido a que desmontaría su interpretación sobre los “egoístas campesinos ricos que prefirieron matar de hambre a los campesinos por no colectivizarse”, véase cuando una “reunión convocada por kulaks” de “900 personas, entre ellas 700 mujeres” decidió en el punto 3 realizar un «inventario de todo el grano confiscado y el grano comestible y la distribución de estos suministros a los necesitados». Un informe de 1930 dice que «En la aldea de Mazo, en el distrito de Syzran, una turba se apoderó de 400 poods de pan de harnet y los repartió entre ellos. […] En el pueblo de Orelka se han presentado 70 solicitudes para abandonar la granja colectiva. Distrito de Izyumski: 10 granjas pobres del consejo de la aldea de Adzhigol del distrito de Ochakivka abandonaron el colectivo por falta de pan. 92 granjas de la aldea de Yaremivka del distrito de Izyumski abandonaron el colectivo por dificultades alimentarias. Debido al agravamiento de la escasez de alimentos en algunos lugares, se produjeron desmanes en los que participaron principalmente las mujeres, que exigieron el suministro inmediato de pan; se sacó grano de los graneros públicos en masa y se interrumpió la carga de grano para la exportación. Incluso Stalin, hablando en este caso sobre el ganado, llegó a afirmar que hubo «un pequeño malentendido con las mujeres agricultoras colectivas en el pasado reciente. Pero la cuestión de la vaca ya está resuelta y el malentendido ha desaparecido». En el pueblo de Appolonovka, en el distrito de Stepovka, una multitud, en su mayoría mujeres, desmontó el grano almacenado en los graneros públicos. En la aldea de Bogdanovka, en el distrito de Barvenkivka, por la mañana, unas 70 mujeres se reunieron al son de las campanas y gritaron: "Dadnos pan", y se quedaron con el resto de la noche». «En la aldea Elizavetovka del distrito de Donskoy, el 3 de junio se reunió una multitud de más de 500 campesinos colectivos cerca del granero colectivo, que exigieron la distribución inmediata de harina. La multitud no se dispersó hasta la noche, a la espera del resultado. Al día siguiente, una multitud de hasta 200 personas se reunió de nuevo, haciendo las mismas demandas. El centro del distrito no autorizó la salida de la harina: los agricultores colectivos se negaron a salir al campo.» Después de todo, solo podríamos argumentar que los campesinos no tenían conciencia de que los “kulaks” les estaban matando de hambre sin venderles, pero sería incoherente, porque ¿Cómo no serían conscientes de que no les venden el grano mientras a su vez buscan comprarlo sin conseguirlo? Junto al hecho de que muchos expresaron la idea de que era el gobierno quienes les quitaban la comida dejándoles sin nada, como por ejemplo «Un miembro de la granja colectiva "Good Life" afirma: "El Estado ha tomado todo y lo ha llevado a colectivos donde tenemos que pasar hambre y ni siquiera ver el pan. Pronto vendrá Makhno, comenzará el bandidaje, tenemos que apoyarlos". Un informe de 1929 menciona que durante el aumento de los disturbios religiosos durante 1928 el «principal contingente de participantes en los discursos es predominantemente femenino». Un miembro de la comuna "Bolchevique de Ucrania" en el distrito de Barvenkovo dijo: "¿Qué clase de partido es este que no da pan? Seré el primero en ir a la banda". Un comentario de un ex kulak demostrará como no querían matar de hambre a nadie: «La supresión del sistema de tarjetas golpeará a todos en el bolsillo, la harina será más cara que en el mercado, nos dirigimos hacia el socialismo, y se hace tedioso vivir» Algo similar se observó en el pueblo de Kotovoi.» Skrypnik en 1932 afirmaría en una reunión:
¿Cuál es la razón de nuestros fracasos actuales, de nuestra situación actual? ¿Cómo es posible que Ucrania, a pesar de una cosecha no especialmente mala... tenga que hacer frente a dificultades alimentarias en muchos distritos? Desde enero he recorrido más de treinta distritos... He escuchado la siguiente respuesta. . . . Los comunistas son los culpables de que no se haya cumplido el plan de adquisición de grano, de la mala situación alimentaria; los comunistas se llevaron el grano, y por eso no hay grano para vivir... por eso hay hambruna en ciertas localidades"
Lo que desmonta que esos “kulaks” quisieran matar de hambre a la propia población. En una canción creada por niños, registrada en los archivos como una canción provocada por los kulaks, dicen:
¿Por qué estamos presos, bajo un candado de hierro, es nuestra culpa que tengamos hambre y no tengamos pan?
Y estaríamos encantados de alimentar con nuestras almas a toda Rusia hambrienta, pero no nos avergüenza confesar ante vosotros que nosotros mismos no tenemos casi nada que comer.
Lo que refuerza aún más que no se quería matar de hambre a nadie, sino que no podían hacer más porque ni ellos mismos podían comer. Otro ejemplo de esto se encuentra en la hambruna de Bengala, donde el gobierno, pensando que había un acaparamiento masivo de grano, concretó una orden en mayo de 1942 para exponer a estos acaparadores. Ahora bien, en los análisis marxistas esto se obvia y se culpa al gobierno de la hambruna, mientras en la soviética se acepta sin dificultad alguna que estos llevaron a la hambruna mientras el gobierno hizo todo por salvarles del hambre. Por ejemplo, el usuario de Twitter llamado The Proyer, que en su página web sobre las hambrunas de las colonias británicas cita las palabras del autor Mukherjee (2015):
Por otra parte, además de ser un ejemplo admonitorio de impunidad imperial e indiferencia colonial, la historia de la hambruna de Bengala debe entenderse como la historia del enriquecimiento de los industrialistas indios, quienes participaron ávidamente en repetidas campañas de apropiación de arroz que dejaron al rural a morirse de hambre. En este sentido, fue al menos tanto el lucro lo que motivó la rapacidad que devastó Bengala, como lo fue el credo colonial de superioridad racial y cultural.
Ahora bien, en ningún caso mencionan las tantas donaciones de rupias que hicieron las entidades privadas en las hambrunas que ocurrieron en la India años atrás, por ejemplo las 17.000 donadas el 10 de agosto de 1939, o las cocinas gratis que abrieron en Majarani o las organizaciones creadas para ayudar a los necesitados en Bombay, Calcuta y Marwar. Esta tergiversación se basa en usar los cálculos del “economista Amartya Sen” que «descubrieron que había suficiente arroz en Bengala para alimentar a toda Bengala durante la mayor parte de 1943», en palabras TheProyer citando a “O Grada, 2007, pp. 23”. Interpretación que no es cierta, ya que Sen hace cálculos no de cosechas, sino de previsiones de estas. Incluso un asociado de Gandhi durante la hambruna, Goparaju Ramachandra Rao or Gora observó, en el caso de Bengala, que «¿fueron todos los comerciantes tan crueles como para permitir que sus compañeros murieran de hambre extrema ante sus propios ojos? No. Por el contrario, derramaron lágrimas de piedad y contribuyeron generosamente y dirigieron las cocinas de gachas para los indigentes. Recitaban himnos de ética todos los días.» Tampoco menciona la ayuda alimentaria enviada por Churchill en intentos de solucionar la hambruna sin, a la vez, perjudicar los intentos de los aliados en la guerra. A principios de noviembre de 1943, un comunicado de prensa de los representantes de siete comités de ayuda contra la hambruna, dijeron «La opinión pública británica se ha visto profundamente conmovida por el sufrimiento generalizado debido a las condiciones de hambruna en Bengala y en otros lugares de la India».
El historiador Simonow, dice: «En marcado contraste con los meses anteriores, en los que la falta de noticias sobre la crisis fue paralela a una serie de iniciativas humanitarias, el último trimestre de 1943 fue testigo de la proliferación de comités de ayuda y de la creciente voluntad de donar para aliviar el sufrimiento en la India». Así, el 4 de agosto de 1943 se envían 150.000 toneladas de cebada iraquí y en los siguientes 4 meses se enviaron otros 250.000 toneladas de comida. Cuando Canadá le pidió enviar ayuda a Bengala, Churchill se negó, pero en realidad fue porque el envio tardaría más de dos meses, y en la misma reunión, el 7 de octubre, aclaró que debían comprar la ayuda alimentaria a Australia. Escribió a Wavel: «Deben hacerse todos los esfuerzos, incluso mediante el desvío de los barcos que se necesitan urgentemente para la guerra, para hacer frente a la escasez local». En enero de 1944, Bengala había recibido un total de 130.000 toneladas de cebada de Irak, 80.000 toneladas de trigo de Australia y 10.000 de Canadá, a las que siguieron otras 100.000 de Australia. El 14 de febrero de 1944, Churchill convocó una reunión de emergencia del gabinete de guerra para ver si se podía enviar más ayuda alimentaria a Bengala sin arruinar los planes aliados para el próximo desembarco en Normandía. Esta ayuda de por si es insuficiente, pero murieron entre 2-3 millones de personas de una población de 61 millones en 1941. En Ucrania 3,2-3,9 millones de personas de 32 millones.
Bengala: 49 muertes por cada mil personas
Ucrania: 121 muertes por cada mil personas.
Dejando Benagala, quienes afirman que la hambruna se debió a los kulaks, también afirman normalmente que buscaban poner a las personas del pueblo contra el poder soviético, algo que ante todo es contradictorio. ¿Cómo se supone que van a poner de su lado a los campesinos si se quedaban con el grano y les dejaban morir de hambre según ese punto de vista? También se asocia la disminución del ganado como una consecuencia única de los “kulaks”, que en contra de la colectivización decidieron liquidar masivamente el ganado. Lo cual tampoco es realista, los campesinos medios y pobres también poseían ganado y de hecho también los mataban o los vendían para no colectivizarse, e incluso más adelante, cuando la hambruna sería evidente se usaron como alimento, no fue algo exclusivo de los campesinos ricos, tanto fue esto que la OGPU se vio obligada a admitir en un informe del 11 de enero de 1930 que la venta de ganado se producía en «diferentes estratos del pueblo», de hecho Lenin en 1918, hablando sobre como se debería aplicar la política de “quien no trabaja no come” dice que se debería prohibir el acaparamiento y ocultamiento del excedente de grano y que «no importa por quien». Además, en este informe, hablando sobre las causas de estas ventas, no muestran indicio de que los campesinos lo hiciesen contra la colectivización en su mayoría, sino que «la comercialización masiva de ganado de trabajo y productivo se debe principalmente a la falta de forraje y piensos concentrados[forrajes con el mayor porcentaje posible de nutrientes.]» Wheatcroft, en The Years of Hunger, muestra esto al decir que «los caballos recibían un trato especialmente malo cuando los campesinos se veían obligados a transportar su grano y otras cosechas a los puntos de recogida y no se les pagaba por este servicio; la situación era mejor en las regiones madereras, donde se pagaba el transporte y se proporcionaba forraje.» También, según el mismo informe, muchos kulaks y campesinos medio-altos se “autodekulakizaban” para poder unirse a las granjas colectivas, «y también para evitar las incautaciones y confiscaciones por no cumplir los objetivos de adquisición de grano» Lo que niega que en la mayoría de casos lo hiciesen para no unirse a las granjas colectivas. De hecho, según las estimaciones rusas, entre 200.000 y 250.000 familias se autodekulakizaron durante esos años. Aunque la autodekulakización probablemente se produjo con mayor frecuencia por familias o grupos de familias, podía ser tan radical como la casi despoblación de un pueblo. Eso es lo que ocurrió, por ejemplo, en el pueblo de Bugria, en el distrito de Novosibirskii, Siberia, donde 300 de los 400 hogares del pueblo liquidaron sus granjas y huyeron en enero de 1930.
Primero los kulaks eran los que tenían 4-5 caballos y 5-6 vacas, pero ahora los kulaks son los que tienen 2 caballos y 2 vacas. Ahora el kulak tendrá que tener cuidado para liquidar su granja a tiempo.
Un informe desde Polonia al Secretario del Estado en EEUU de 1930 menciona esto:
Uno de los ejemplos más claros de que la hambruna ocurrió por las medidas tomadas por las autoridades tiene que ver con lo ocurrido en Kazajistán durante el mismo periodo. Esta republica soviética surgió en 1924 cuando se unificaron varias poblaciones por orden central, y fue la región más afectada por la hambruna, siendo los kazajos los más afectados. La hambruna comenzó un año antes a las otras republicas y pasaron de ser una mayoría étnica, a ser una minoría. Murieron 1,5 millones de personas de los cuales 1,1 millones son kazajos. Y además, como ocurrió en toda la URSS, murieron muchos animales que podrían ayudar a cultivar. Al menos el 90% pereció durante la hambruna. Y es que estos animales murieron por culpa de las políticas soviéticas, que buscaban asentar a un pueblo nómada pero que debido al descenso de animales se vieron obligados a dejar en ciertas zonas regresar al pastoreo nómada. Como afirmaría en agosto de 1932 el presidente del Sovnarkom kazajo:
la transformación administrativa de los distritos ganaderos semidesérticos en distritos "agrícolas" ha tenido un efecto ruinoso en la ganadería.
Para los bolcheviques, los kulaks eran explotadores porque utilizaban trabajadores contratados. Para ellos, los kulaks representaban un elemento de la burguesía y, por tanto, eran enemigos de clase de la revolución. Por un lado, en el sentido más amplio, para los marxistas la liquidación de la clase kulak era una misión histórica de la revolución socialista. Por otro lado, Friedrich Engels, estrecho colaborador de Marx, había escrito que sería un error apropiarse de la propiedad de los kulaks, porque ellos también participaban en el trabajo y, por tanto, ganaban parte de su producto con su propio trabajo. En teoría, la posición de Engels era compartida por Lenin, pero en la práctica Lenin no siempre siguió el marxismo.
Recordemos que solo el 4-6% de la producción agrícola de una finca era producida por la mano de obra contratada. Millones de personas huían de sus aldeas, en Kazajstán, Ucrania y otras regiones, como muestra el Izvestiia TsIK SSSR i VTsIK:
Cada día caravanas enteras de hambrientos campesinos ucranianos -colectivo y los granjeros individuales- cabalgan a lo largo y ancho de nuestro raion. Para cualquier pedazo de pan, dejan todas sus pertenencias, como los zapatos, la ropa y cualquier otra cosa que podrían tener con ellos. Cuando se les pregunta por qué tienen hambre, responden:
“Nuestra cosecha fue buena, pero el poder soviético “adquirió” nuestro grano, llevándonos su planes y tareas hasta el punto de que nos quedamos sin una libra de grano. Cuando se les pregunta quién es el responsable de esto, responden: ‘El poder soviético, que tomó ...y nos condena al hambre y a la pobreza... que bajo la servidumbre”.
Soy un trabajador, miembro del Komsomol desde 1928, y estoy asombrado: ¿puedo ser que Ucrania pasaría hambre durante una buena cosecha? También tenemos un granjas colectivas y hay suficiente pan, así que ¿por qué hay tal situación precisamente en el Región de la Tierra Negra Central? Estoy llevando este fenómeno a la atención de Izvestiia porque las “caravanas hambrientas”, donde quiera que vayan, traen pánico y se extienden charlas hostiles contra el poder soviético.
Como observamos, debido a la falta de comida, incluso la gente quería vender su ropa a cambio de ésta e incluso se movían a otros lugares donde había mejores condiciones, como destaca la CIA para la hambruna de 1946-47:
Habiendo escuchado que las condiciones alimentarias eran considerablemente mejores en el oeste de Ucrania, la gente de Kiev y otras provincias de la Ucrania soviética fueron allí llevando ropa de repuesto para intercambiar por alimentos.
O incluso Mark Tauger:
La colectivización en el conjunto de la Unión Soviética, especialmente en las zonas productoras de cereales, se redujo notablemente en 1932 a medida que los campesinos huían de sus pueblos. […] Los obreros y trabajadores vendían todo lo que poseían para comprar pan, los robos eran generalizados y nadie veía perspectivas de mejora. La deserción de las fábricas se combinó con la huida de los campesinos de los koljoses, de modo que millones de personas se desplazaron por todo el país en busca de mejores condiciones. En respuesta, el régimen revivió la institución zarista de los pasaportes internos a finales de 1932.
En palabras de una superviviente de la región de Kiev, Bila Tserkva:
Mi marido solía ir a los Katsaps de Rusia para cambiar ropa por pan. Se llevó casi toda la ropa de casa. Se trajo kilos de un poco de todo: patatas, harina. Pero cuando la tercera vez que mi Simon se fue, ya no volvió... Y ya casi nadie volvía de estos viajes. Así que nos quedamos los tres: mi hijo Vassilko, mi hija Sonka y yo. Su madrina y yo trabajamos en el silo del koljoz. Así que se podría decir que tuvimos suerte... A veces echábamos un poco de grano en los zapatos, así conseguíamos la comida... Pero mi hijo Vasilko murió durante ese período, era el más joven. Y cómo gritaba mi Sonka!
O como menciona un periódico de la época en su numero 140, del 28 junio de 1932, «todos los días hay filas de personas que van y vienen por el ferrocarril con harina. La gente vende el resto de su ropa y compra Borscht». Como hemos visto arriba, se introdujeron pasaportes internos, los cuales permitían a las personas (si los conseguían tener) a poder moverse dentro del país. Es parecido al famoso Código de Leyes de 1649 en donde se prohibía abandonar su lugar de residencia sin permiso, incluida la nobleza. El debate se suele centrar en si considerarlo un genocidio o no, puesto que existen muchos documentos que pueden llegarlo a demostrar (indirectamente), otros muchos pueden llegarlo a desmentir (este ultimo tiene muchas más fuerza), como el hecho de que los soviéticos no quisiesen matar de hambre a la población (lo cual ya negaría que fuese un genocidio), pero en cambio Stalin dijese que Ucrania debía ser un bastión socialista (mejor dicho sería “modelo socialista”), muy seguramente por la conexión entre Ucrania y el mundo occidental. Pero este bastión socialista no podría ser ucraniano, sino soviético, por tanto era de vital importancia convertir los ucranianos (“burgueses nacionalistas” “enemigos del pueblo soviético”, es decir, el nacionalismo ucraniano como enemigo de clase) a internacionalistas, al igual que sucedió con los judíos durante 1938-1952 en donde su eliminación cultural no funcionó de forma estructural como la eliminación física, sino en su asimilación. Esto encaja perfectamente con llevar cabo la deskulakización (eliminar la burguesía) y lo que el mismo dice en “El marxismo y la cuestión nacional”:
La caída definitiva del movimiento nacional sólo es posible con la caída de la burguesía.
La misma CIA en un informe de 1957 menciona que el «sentimiento nacional ucraniano existía, y los líderes bolcheviques exageraron su peligro, afirmando en un momento dado que nueve de cada diez casos de actividad "contrarrevolucionaria" se llevaban a cabo bajo consignas nacionalistas».
En cierto sentido, podría llegar a pensarse que fue un genocidio, por ejemplo Khatayevich dijo en 1933 que el hambre les hizo saber <<quien es el anfitrión aquí>>, o incluso Kosior dijo en una carta a Moscú, citada el 15 de marzo de 1933:
El lento avance de la siembra en numerosas regiones muestra que la hambruna no ha hecho entrar en razón todavía a muchos de los koljosianos.
Mientras que unos meses antes, el 14 de diciembre de 1932 se dijo que se derogaría «la antigua decisión de permitir la importación de bienes para la aldea ucraniana y de conceder al camarada Kosior y a Chubar el derecho a suspender el suministro de bienes a zonas particularmente atrasadas hasta el final de su plan de adquisición de cereales». Es decir, meses después de decir que se prohibiría el «importar bienes para la aldea ucraniana» los principales organizadores de la colectivización ucraniana dijeron que «la hambruna no ha hecho entrar en razón todavía a muchos koljosianos». Mientras que Postishev, otro de los dirigentes en ucrania dijo, en el XVII Congreso del PCUS, que:
La primera característica es que en Ucrania el enemigo de clase disfraza su trabajo contra la construcción socialista con una bandera nacionalista y consignas chovinistas. […] El PC (b) U tuvo que aplastar a los elementos nacionalistas, […]
Incluso algunas personas han llegado a decir que Ucrania se convirtió en el «feudo de Postishev», y es que como dijo un critico de Postishev años más tarde existían «”las pautas de Postishev”, “los lemas de Postishev”, “los jardines de infantes de Postishev”, “los regalos de Postishev”, etc. Todo comenzaba y terminaba con Postishev». De hecho, el mismo Postishev declaró en el XVII Congreso del Partido que «las represiones fueron, durante estos años decisivos, el método efectivo de “liderazgo” en muchas organizaciones del Partido en Ucrania».
Hablemos de la resistencia campesina. Como desvela la CIA:
Para suavizar la oposición hacía los koljoses, las autoridades del Partido hicieron arrestar a todos los agricultores ricos a los que clasificaron como kulaks y enviarlos a Siberia. […] por lo que recuerdo, sólo unos pocos de los que se unieron al Partido expresaron su intención de unirse al koljós. […] Recuerdo que la oposición a este proyecto era tan fuerte y los agricultores estaban tan amargados que después de que un agricultor de la aldea contigua Lutsk raion expresara su intención de unirse al koljós fue atacado la noche siguiente y los atacantes le sacaron el brazo con un hacha.
Estas barbaridades del campesinado no son casos aislados, de hecho, es algo histórico del campesino ruso:
El comportamiento disidente ocasionaba a sus protagonistas diversos castigos, tales como multas de la aldea, el ostracismo o alguna forma de humillación pública. […] Las esposas adulteras y los ladrones de caballos sufrían castigos más brutales. No era raro que las mujeres que habían engañado a su esposo fueran desnudadas y golpeadas por sus maridos o atadas al extremo de una carreta y arrastradas desnudas a través de la aldea. Los ladrones de caballos podían ser castigados, golpeados, marcados con hierros al rojo vivo o ejecutados con hoces. Se sabe de otros transgresores a los que les arrancaban los ojos, les hundieron clavos en el cuerpo, les cortaron las piernas y los brazos o les atravesaron el cuello con estacas. […] En otra forma de tortura la víctima desnuda era envuelta en un saco húmedo, se le ataba una almohada al torso y se le golpeaba en el estomago con martillos, troncos y piedras, de manera que sus órganos internos quedaran destrozados sin dejar ninguna marca externa en el cuerpo.
Esto explica muchas cosas, Ucrania debía ser un modelo socialista, pero, para conseguir ser un modelo socialista debía terminarse por completo su movimiento nacional, ¿cómo se llevaría a cabo esto? Con la deskulakización (que no solo ocurrió en Ucrania) se eliminaría a la clase burguesa, eliminando así también el movimiento nacional y por tanto convirtiéndose Ucrania en el modelo socialista que deseaban obtener debido a la localización de Ucrania, en la frontera con el mundo occidental que debía ver las maravillas del socialismo y llevar a cabo la revolución a gran escala. Es un argumento contundente para entender porque se exterminó la intelectualidad ucraniana, su religión y cultura, tachados de “enemigos del pueblo”, esto es, burgueses. Y no solo explica esto, sino también explica el porqué de que el sistema fallase, y no era por “saboteadores” ni por nadie, si bien es cierto que el asesinato masivo de ganado fue un factor a tener en cuenta, sino que fue problema del propio sistema, el cual era ineficiente y además no salía a cuenta, tal y como dijo Stalin en el XVII Congreso del partido, destacando la “gran discrepancia” entra “las enormes inversiones realizadas en ellas [los sovjoses, que no los koljoses] por el Estado” y los rendimientos obtenidos, concluyendo que era necesario “dividir” estas granjas, que estaban más mecanizadas, y por tanto eran mejores que los koljoses, y además “liquidar su excesiva especialización”. Una revista española sobre la colectivización, Montes e Industrias, en el numero 27 de marzo de 1933, dice: «Bien es verdad que se puede registrar un aumento, ante todo, en la producción de cereales, debido al mejor aprovisionamiento de maquinaria, pero ese aumento es del todo insuficiente en relación con el capital invertido, resultando que los rendimientos netos de las explotaciones colectivas están hoy día debajo de aquellos obtenidos anteriormente en las explotaciones privadas.» Incluso en 1953, una resolución del partido dice: «Los rendimientos de los cultivos y la productividad del ganado son bajos y no responden al mayor nivel de equipamiento técnico de la agricultura y a las posibilidades inherentes al sistema de explotaciones colectivas.»
Esto lo demuestra el hecho de que, en 1938, el 5,3% de la superficie usada para el cultivo (mientras para 1966 sería solo del 3%), la cual era privada, según estimaciones soviéticas, produjese aproximadamente el 28% de toda la actividad agrícola.
Las personas que defienden los koljoses, argumentan que gracias a estos ya no se produjeron más hambrunas y que la agricultura soviética mejoró como nunca lo hizo, pero realmente es algo que se aleja mucho de la realidad:
La hambruna no se limitó a las zonas rurales. La colectivización no alivió los problemas de suministro en 1930-1933.
No es raro pues que «en el Distrito Nacional Coreano de Posyet, la mayoría de la población coreana pasa hambre por falta de alimentos: en las granjas colectivas "Yanchikha", "Fatashi", "Tizinhe", "Novaya Derevnya" no hay comida, en las dos últimas granjas colectivas hay barrigas por desnutrición. En algunas aldeas, la gente come guiso de chumiza sin recibir pan; en la aldea de Nagornoe, los residentes comen hierba del campo chim-chiri. En este sentido, se observa una tendencia a abandonar las granjas colectivas y a retirarse a un empleo secundario».
Como diría Tauger también en otro estudio, las parcelas privadas eran “muy productivas”:
Los koljoses soviéticos concedieron a los campesinos "parcelas privadas" que las familias campesinas cultivaban por su cuenta, y que eran muy productivas.
Fedor Belov, dirigente de una granja colectiva entre 1947-49, hablaba así de las parcelas privadas con un tamaño medio de 1 hectarea:
Según los reglamentos del koljoz, esto [los ingresos pagados a los miembros por la granja colectiva] se considera el ingreso principal, y lo que se obtiene de las parcelas familiares se considera totalmente subsidiario. Sin embargo, las parcelas fueron las que salvaron a la mayoría de los hogares de la hambruna.
Nadie actúa porque si, ¿Por qué crearían este sistema con parcelas privadas si los koljoses eran tan eficientes? Si bien el que las granjas privadas muestran ser más eficientes, esto nada dice sobre la eficiencia en sí de las granjas estatales y colectivas. Para observar esto dejaré los siguientes datos, que muestran como el rendimiento de la URSS a comparación de otros países está muy por detrás y la cantidad de horas son muy superiores a Estados Unidos, sobre todo en la producción de grano, que como observamos más abajo, solo un 2% lo producía el sector privado, Tauger dice que las explotaciones más pequeñas son mayormente más productivas que las grandes, «la misma distinción entre pequeñas parcelas de alto rendimiento y grandes explotaciones de menor rendimiento puede encontrarse en cualquier sistema agrícola, al menos hasta la época de los cultivos modificados genéticamente.» Un autor publicado en la UNESCO, Yevgeny Novikov, dice que «la productividad agrícola de la Unión Soviética se evalúa a menudo en comparación con la de otros países con economías agrícolas avanzadas, pero a menudo se olvida que los trabajadores agrícolas soviéticos tienen que enfrentarse a condiciones naturales y climáticas desfavorables.» Esto puede verse como injusto, pero realmente esto no es así. Las granjas colectivas y estatales tenían las mejores tierras, con las mejores calidades meteorológicas, mientras las individuales tenían las peores tierras. Ahora bien, si por tanto seguimos el argumento de Tauger, podríamos esperar que las granjas colectivas fuesen más eficientes que las granjas estatales, ya que los koljoses de media poseían 6.785 acres de tierra mientras las granjas estatales poseían de media más del triple del tamaño de una granja colectiva, 22.485 acres de tierra. Algo que es totalmente lo contrario a lo que sugieren los siguientes datos:
Además, otra cosa que se podría argumentar es que en la URSS la calidad de la tierra es muy variada, por ejemplo, Davies y Wheatcroft dicen: «El rendimiento es una medida incierta de los resultados. Los koljoses y los sovjoses disponían de más tierra por persona trabajadora que los hogares individuales, pero los koljoses carecían de fuerza de tiro y los sovjoses carecían de mano de obra, especialmente en los periodos clave de la temporada agrícola. Los rendimientos varían tanto según el tipo y la calidad del suelo que la comparación entre sectores sólo tiene sentido si se tiene en cuenta el factor tierra.» Por tanto, teniendo el factor tierra en cuenta, y sabiendo que la granja colectiva se quedaba con las mejores tierras, mientras los campesinos individuales se quedaban con las peores, más que refutar la primera hipótesis la refuerza. En palabras del historiador Danilov: «El sistema de planificación dirigida, que concentraba la tecnología moderna en las estaciones de máquinas y tractores (MTS) de propiedad estatal, que cultivaban las tierras de los koljoses a cambio de un pago en especie, cuyas cantidades se fijaban desde arriba (entregas obligatorias de productos al Estado que se introdujeron en 1933 y persistieron hasta 1958, entregas que tenían la fuerza y el carácter de un plan; gestión burocrática de mando [komndovunie] de los koljoses) provocó el desarrollo lento y conservador (es decir, hostil a la innovación) de la agricultura y, a largo plazo, su retraso con respecto a las necesidades de la sociedad, a las necesidades de desarrollo en las condiciones de la segunda mitad del siglo XX.» Es decir, «como respuesta a la catastrófica situación de las aldeas tras la campaña de colectivización, los dirigentes soviéticos hicieron concesiones a la población rural concediendo a los agricultores de los koljoses el derecho a cultivar parcelas privadas y a criar ganado en las denominadas granjas subsidiarias privadas (lichnoe podsobnoe khoziaistvo)» Muchos estadistas y estudiosos soviéticos llegarían a afirmar que sin estas granjas privadas sería muy complicado suministrar al país, como por ejemplo dijo el viceministro de agricultura A.I. Ievlev en 1981. Esto puede concluirse al saber que «en los últimos años, la ventaja privada ha tendido a ser mayor en los años de bajo rendimiento que en los mejores años», es decir, sabiendo que Rusia depende mucho del clima, nos muestra como las granjas privadas tenían mejores rendimientos cuando el clima era desfavorable a cuando el clima era favorable, lo que permitía a los koljoses obtener mejor rendimiento. Esto además se puede apoyar en el hecho de que las granjas privadas recibían tierras «baldías», es decir, tierras que no eran buenas para cosechar, mientras las granjas colectivas o estatales tenían las mejores tierras. De hecho, en 1966 se produjo 55.800.000 toneladas de patatas en el sector privado, es decir, el 64% de la producción bruta total de patatas de la URSS; 7.400.000 toneladas de hortalizas (43%); el 40% de la carne; el 39% de la leche y el 66% de los huevos. Y esto que el sector privado representaba en ese año (1966) solo el 3% de la tierra total sembrada, lo que nos lleva a ver la gran eficiencia de las granjas privadas. En el sector ganadero, el departamento de agricultura estadounidense concluye: «El rendimiento del sector ganadero soviético podría mejorar sustancialmente si se adopta una reforma económica radical».
Tan eficientes eran estas granjas privadas, que incluso con la segunda guerra mundial de por medio e «incluso con un control estricto, el sector privado siguió floreciendo, y en 1953 representaba el 45% de la producción agrícola bruta. Las granjas colectivas igualaban ese nivel, y el diez por ciento restante se producía en las granjas estatales. […] Las granjas estatales representan aproximadamente el 53% del total de la tierra cultivable, las granjas colectivas el 42%, y el 5% restante es de producción privada. El sector privado de la agricultura soviética es la división más productiva per cápita. En 1983, el 60% de la producción total de patatas, el 32% de la producción de verduras, el 30% de la producción de huevos y el 29% de la producción de carne y leche procedían de parcelas privadas. Aproximadamente el 30% de la producción agrícola total de la Unión Soviética corresponde al sector privado, que desempeña un papel muy importante en la producción alimentaria soviética.» Para poner una comparación, la producción de patatas en las parcelas de los campesinos solo representaban un 32% de la producción de estas. Lo que nos lleva a dar la razón a Stolypin, el problema agrario de Rusia era la propiedad comunal, donde con la reforma de Stolypin la privatización de la tierra dio lugar a un aumento sustancial en la producción agriola. Tras realizar algunos cálculos para intentar determinar cual sería la representatividad del sector privado en el consumo calórico obtuve que su representación es de 1/4 de todo el consumo soviético. Algo que, como ha descrito el historiador Paul Bets, «el Estado llegó a aceptar a regañadientes como un elemento lamentable pero inamovible de la sociedad comunista.» El director de la Bolsa de Moscú llegó a afirmar que podría mencionar muchas empresas que trabajaban por debajo de sus capacidades en 1988. Stalin, en 1932, dijo que las granjas colectivas tenían bajos rendimientos, por lo que debía solucionarse: «Toda la atención del NKZem y de sus trabajadores debe trasladarse inmediata y bruscamente a las cuestiones de la mejora del cultivo de los campos, el aumento de los rendimientos, el cultivo y la mejora del personal, la gestión operativa del trabajo actual del MTS, etc.» El estudio del “Center for the Study of Soviet International Behavior” sobre el crecimiento economico sovietico entre 1928-1985, dice: «La parcela privada fue crucial para la Unión Soviética en los primeros años y es bastante importante incluso hoy en día como principal proveedor de frutas, verduras y productos lácteos y, por tanto, de incentivos laborales para toda la población. Sin embargo, su presencia es un recordatorio constante del bajo nivel de eficiencia de la agricultura socializada. Aunque estas parcelas sólo representan el 3-4% del total de las tierras cultivadas (el forraje se cultiva en gran medida en tierras públicas), producen aproximadamente una cuarta parte de toda la producción alimentaria soviética.»
Algo parecido ocurrió en Vietnam con la colectivización de la agricultura, «Le Duan, secretario general del PCV, declaró que la agricultura familiar a pequeña escala no podía satisfacer las necesidades económicas de Vietnam, a pesar de la evidencia de que las parcelas privadas cultivadas por los hogares producían mucho más que los campos trabajados colectivamente por las cooperativas, incluso cuando se les negaban los recursos suministrados por el Estado en tiempos de guerra. Le Duan ordenó consolidar y ampliar las cooperativas para redistribuir la mano de obra y reorganizar la producción "mejor y más racionalmente". Las estadísticas oficiales muestran que la ampliación del tamaño de las cooperativas no contribuyó a frenar el descenso de la producción de arroz en Vietnam del Norte» En Bulgaria, con la colectivización, pasó de ser un «exportador tradicional» a un «importador anual de judías, coles, cebollas, forraje y otros productos agrícolas por cientos de millones de dólares.»
Sobre este tema de la cosecha, podemos ver también como durante la hambruna muchas personas se opusieron al plan porque era poco realista. Como dijo Stalin:
Lo más importante ahora es Ucrania. Las cosas en Ucrania están mal. Malo en las líneas del partido. Se dice que en dos regiones de Ucrania (creo que en Kiev y Dnepropetrovsk) alrededor de 50 comités de distrito se pronunciaron en contra del plan de adquisición de cereales, reconociéndolo como poco realista.
Dejando el tema de cuales eran las granjas más productivas, que como hemos visto son las privadas, que fuese un genocidio de hambre lo niega el hecho de que con el plan quinquenal no se quería generar hambre, sino llevar a cabo una reestructuración de la agricultura para poder financiar la industrialización, como dijo Lenin en 1919:
El campesino debe elegir entre el libre comercio del cereal – que supone especular con él; la libertad para que los ricos se vuelvan más ricos y los pobres se mueran de hambre; el regreso de los terratenientes absolutos y los capitalistas, y el fin de la unión entre campesinos y obreros – y la entrega del cereal sobrante al Estado a los precios establecidos.
O en palabras del estadista soviético Strumilin:
para que los trabajadores industriales de las ciudades y los trabajadores del sector socialista del campo sean los más activos según el plan, hay que proporcionarles en primer lugar un suministro tan completo como ininterrumpido de todo lo que necesitan.
Como dijimos arriba existe la idea de que el clima tuvo algo que ver, y es cierto, como la CIA recalca:
Una agricultura ineficiente y poco fiable que puede verse muy afectada por el retorno de las pautas climáticas más duras -pero probablemente más normales- que prevalecían en el decenio de 1960.
El clima pudo afectar a la cosecha, pero hay que tener en cuenta que los personajes de la historia no son monolíticos, sino que se adaptan a su situación. Incluso para Kosior el problema no fueron las lluvias, sino la poca represión:
la razón principal no son las lluvias, sino el hecho de que las autoridades locales no imponen multas, confisca el pan robado, reprimen a los gestores, confiscan los fondos de las explotaciones colectivas, o lo hacen de forma débil.
Aunque esto entra en contradicción con lo que dijo él también, ya que “la presión organizativa sobre la adquisición de cereales” se vio debilitada por las lluvias, debido a las cuales “la trilla del pan se detuvo casi por completo”. Tauger afirma que la mala cosecha de 1932 fue la que causó la hambruna, y no la adquisición de grano como principal factor, que, por ejemplo, también jugó un papel importante en la Gran Hambruna europea cuando durante la guerra contra escoceses «Eduardo II de Inglaterra (1307-1327) impuso impuestos a sus súbditos tanto en 1315 como en 1316, y envió a sus funcionarios a comprar o, en algunos casos, a recoger el grano de los productores locales.» Pero realmente el clima no pudo causar una hambruna, primero de todo la cosecha de 1934 fue aún peor que la de 1932 y no hubo hambruna en 1935, segundo, el clima causó, junto a las políticas, un déficit de grano en la población, lo que hacía que quitarles el grano, aún reduciendo las adquisiciones, les dejasen con aun menos comida. Por ejemplo, en noviembre un plenipotenciario en el Bajo Volga afirmó: «Para cumplir con el plan de recogida de grano en un 75% [sic] para todo el distrito de Petrovskii se les ha quitado por completo la semilla y el grano alimenticio. En algunos lugares los agricultores colectivos reciben 400 gramos de pan cada uno, y en cuanto a sus familias, están literalmente hambrientas.» A esto se refería a Stalin en una carta a Kaganovich, a más tardar el 11 de agosto de 1931, sobre la política de adquisición de granos en Georgia, donde afirma que «[…] tengo claro […] que con su imprudente "política de aprovisionamiento de grano", han llevado a varios distritos del oeste de Georgia al punto de la hambruna. No entienden que los métodos ucranianos de adquisición de grano, que son necesarios y convenientes en los distritos con excedentes de grano, son inadecuados y perjudiciales en los distritos deficitarios de grano, que no tienen ningún proletariado industrial para arrancar...». Incluso un informe de la OGPU de 1933 declaró que «las dificultades alimentarias que tuvieron lugar en los distritos de Dzhambeitinsky y Dzhanybeksky […] fueron el resultado de la implementación incorrecta del plan de adquisición de granos». O como diría el historiador Philip Slavin en su estudio sobre la relación entre el clima y el hambre: «un análisis más detallado revela que esos fenómenos climáticos creaban choques ambientales (fallos en las cosechas y plagas), que implicaban escasez, en lugar de hambrunas. La posibilidad de que esa escasez se transformara en una hambruna completa estaba determinada por factores no ambientales: principalmente, las instituciones humanas y las tendencias demográficas». Esto nos muestra la unión existente entre los dos puntos de vista existentes, los que, como Tauger, demuestran las plagas y los fallos de cosecha, y los que revelan las adquisiciones de grano y, en general, las políticas excesivas del gobierno. Como observamos en la carta, Stalin menciona que la hambruna en Georgia se debe a que se han aplicado medidas en una zona “deficitaria”. Por tanto, teniendo en cuenta el mal clima en Ucrania (que no fue generalizado, sino localizado), hizo que Ucrania pasase a ser una zona “deficitaria” de grano en las regiones con mal clima, haciendo que las adquisiciones de granos, que aunque reducidas seguían siendo muy elevadas, llevasen a la hambruna tanto a regiones afectadas por el mal clima como a regiones ricas en cereales. Un informe de la OGPU de 1930 dice: «Las dificultades alimentarias aumentan no sólo en los distritos que sufrieron una mala cosecha el año pasado (distritos Temryuksky, Primorsko-Akhtarsky, Ust-Labinsky y Zakubansky), sino también en los más favorables - distritos Pavlovsky, Slavyansky, Kanevsky, Timoshevsky». O, como escribiría Stalin 1 año después a Kaganovich y Molotov, más concretamente el 18 de junio de 1932, la incorrecta aplicación de las adquisiciones de grano, que se realizaron «sin tener en cuenta la situación de cada distrito individual, sin tener en cuenta la situación de cada granja colectiva individual» en «el año pasado, especialmente en Ucrania y los Urales» llevaron a estas regiones al año siguiente «a absurdos evidentes, de modo que varios distritos fértiles de Ucrania, a pesar de una cosecha bastante buena, se han encontrado en un estado de empobrecimiento y hambruna, mientras que el comité regional del partido en los Urales se ha privado de la capacidad de utilizar los distritos con buenas cosechas en la región para ayudar a los distritos con malas cosechas». El mismo Lenin en 1921 afirmó que «la mala cosecha produjo un enor- me descenso de los recursos forrajeros, una gran pérdida de gana- do y la ruina de los campesinos, de tal manera que la requisa de cereales recayó en lugares donde los excedentes de cereal no eran muy grandes […] el aumento de las existencias de víveres fue obtenido de las provincias con las cosechas más pobres, y esto. agravó considerablemente la crisis de la economía campesina».
Por ejemplo, una carta de un obrero a Kalinin dice:
En 1931 la tierra se aró y se sembró en primavera y la cosecha fue correcta, buena. Llegó la cosecha de granos, los agricultores colectivos tomaron la cosecha con seguridad... Pero empezaron a llevarlo al estado y sacaron todo el pan. Y en este momento los agricultores colectivos con niños pequeños se están muriendo de hambre. La gente se muere de hambre. Los agricultores colectivos tienen dificultades para conseguir dinero, abandonan a sus familias y a sus hijos pequeños y se esconden ellos mismos. […]
Por poner algunos ejemplos más:
1. Stalin se quejó al Gobierno Provisional de implementar las requisas porque estas complicarían la dura situación del campesinado.
2. Podemos encontrar varias citas curiosas de Lenin en el tomo XXXV, en concreto la página 500 en adelante. En estas dice que «la requisa de excedentes de víveres en los distritos rurales, este directo enfoque comunista del problema del desarrollo urbano, obstaculizó el ascenso de las fuerzas productivas y resultó la causa principal de la profunda crisis económica y política que sufrimos en la primavera de 1921». En la página anterior Lenin dice que cometieron el error de creer que las requisas abastecerían al proletariado urbano, de «fabricas y talleres». Y que esa política era inviable, que debía de haber primero una transición «prolongada y compleja».
Lo que refuerza el comentario de Hunter: «dado que la colectivización redujo la producción agrícola por debajo del nivel de 1928, lo que se produjo no fue un superávit en ningún sentido, sino un déficit. Lo que la agricultura entregó a otros sectores no provino ni de un aumento de su producción al nivel de 1928 ni de una ampliación de la producción agrícola. Hubo más bien un déficit que un superávit, un déficit absoluto que afectó cruelmente al nivel de vida rural y redujo también el nivel de vida urbano.» Esto se debe a que, al haber malas cosechas en algunos lugares las adquisiciones se ven afectadas, y por tanto la distribución de las adquisiciones recae en las zonas con buen clima. En palabras de Wheatcroft «normalmente, las alteraciones bruscas eran el resultado de anomalías meteorológicas y otras catástrofes naturales, que podían convertir repentinamente las zonas normalmente excedentarias en deficitarias.» Además, el tema de las grandes exportaciones no son mencionadas por Stalin unicamente durante la hambruna, sino que 7 años antes de la carta a Kaganovich el mismo dijo que las altas exportaciones podrían causar malestar general, e incluso «hambre organizada artificialmente».
Lo que se complementa con una carta de Molotov al Politburó:
Nos enfrentamos a la amenaza de una hambruna, y además en distritos ricos en cereales.
Como diría Otto Schiller:
las regiones que estaban mejor preparadas para soportar la colectivización fueron las que más sufrieron los crudos defectos de la política de colectivización.
Mate Zalka, escritor húngaro, que «sirvió en la XII Brigada Internacional [no puede decirse que es enemigo de la izquierda]y conoció a muchas personalidades soviéticas y españolas», estuvo en Ucrania durante 1932, y anotó en su diario: «A pesar de las cosechas normales, Ucrania está condenada al hambre... Es una tragedia. Cada vez más a menudo me salen pensamientos pesados: ¿qué va a pasar? Ucrania se está muriendo de hambre». O como explica Kulchitsky: «Dos meses después de la decisión del 18 de noviembre, se expropiaron todos los alimentos a los "deudores recalcitrantes" que seguían sin entregar el grano exigido. Entre los "deudores recalcitrantes" se encontraban todos los agricultores colectivos ucranianos, a excepción de 1.500 granjas colectivas. Cuando se les quitó el pan a los campesinos, los propietarios de las pequeñas granjas empezaron a morirse de hambre. En las granjas bien gestionadas, la gente podía sobrevivir hasta la siguiente cosecha gracias a otros alimentos. Pero si estos alimentos también fueron confiscados debido al retraso en la entrega de granos, esto también significó la sentencia de muerte para estas personas. Ya no había alimentos en los mercados, y las tiendas de las cooperativas sólo entregaban productos a los agricultores que habían cumplido con sus obligaciones de entrega de grano».
Que mejor ejemplo para esto que usar un informe de 1930, año de muy buenas cosechas o en palabras de Minaev, fue de tales proporciones «que no habíamos tenido en ninguno de los años anteriores del período posrevolucionario», que menciona que ya habían dificultades alimentarías y que había casos «de hinchazón y enfermedad por inanición. Se han registrado doce casos de muertes por inanición en toda la región. Debido a la escasez de alimentos en algunos lugares se produjo un aumento de la salida de las granjas colectivas.»
En palabras de los historiadores Dronin y Kirilenko, «el alto nivel de centralización combinado con los frecuentes cambios en las políticas agrícolas de todo el país puede dar lugar a malas cosechas incluso durante los años en que el clima es favorable.» ¿Esto a que se debe? Tauger argumenta que junto a la mala cosecha de 1931 se redujeron las disposiciones de semillas para poder cultivar en 1932, lo cual ayudó a llevar a la hambruna. Pero en cualquier caso esto no es del todo cierto (si bien ese año hubo un clima desfavorable y malas cosechas debido a esto), es cierto que si se puede cultivar menos se cosechará menos, pero no solo ocurrió esto por el clima. De hecho, la mano del hombre hizo que el cultivo fuese menor, como por ejemplo la retirada de las semillas de granjas que no cumplieron con el plan. Véase el «Telegrama del secretario del Comité de la ciudad de Zinovivsk [Kirovohrad], AUCP(B)[ sic], Mikheenko, a V. M. Molotov sobre el curso de la adquisición de cereales», el cual dice que en 3 días deben asegurar la «retirada, para la adquisición de cereales, de todas las existencias de semillas básicas destinadas a la siembra de aquellas granjas colectivas que no hayan cumplido el plan de adquisición de cereales...», además, esta «retirada de las existencias de semillas» debería servir para «educar a cada agricultor colectivo y elevar su sentido de responsabilidad por el bienestar de la granja colectiva y el cumplimiento por parte de ésta de sus obligaciones para con el Estado proletario.» Si se quiere una ampliación sobre esto podéis leer la bibliografía. Como también muestra una carta de Chubar a Molotov y Stalin del 10 de junio de 1932, «...Junto con la debilidad general del plan estatal de adquisición de grano, causada principalmente por las bajas cosechas en toda Ucrania y las colosales pérdidas durante la recolección... se introdujo un sistema de adquisición de todo el grano, incluidas las reservas de semillas, de los agricultores privados, y se confiscó casi todo lo que tenía valor en las granjas colectivas. Incluso si las granjas colectivas cumplían los objetivos de su plan, recibían un segundo y a menudo un tercer [objetivo de cuota de grano] extra. En muchos casos, el grano entregado a los agricultores colectivos como pago anticipado por el trabajo fue confiscado por las brigadas para la adquisición de grano estatal. Como resultado, la mayoría de las granjas colectivas de esos distritos se quedaron sin grano, sin concentrado de alimentos para el ganado, sin alimentos para los discapacitados, para los maestros, etc.»
Entre las ideas acerca del clima se encuentra la sequía, sostenida por Douglas Tottle como causante de la mala cosecha, aunque esto es cierto para el año 1931, para los 2 años siguientes (1932-33) esto es falso, porque habían lluvias severas, como demostramos arriba. De todas forma, como observamos, el clima pudo complicar las cosas, pero no llevar a la hambruna. La Unión Soviética podría haber pasado simplemente unos años de malas cosechas y donde la población pasaría hambre, pero la hambruna solo y unicamente podría haber ocurrido en un lugar donde se quitase todo el sustento de vida a las personas y posteriormente la ayuda enviada solo pudiese tener 2 consecuencias, la disminución de las muertes o ninguna consecuencia.
Entre las otras hipótesis se habla de la culpa de los kulaks, estos siguen la idea de Lenin, según el cual el libre mercado llevaría a los campesinos pobres a morir de hambre por el acaparamiento de los kulaks, y que la única vía era dar el pan al estado.
Algo que no cuadra con los documentos existentes:
El pan se toma de los kulaks, ¿pero de dónde lo vamos a sacar cuando no tengamos ni una migaja? Antes, cuando un pobre hombre no tenía suficiente pan, lo compraba a un kulak, pero ahora tendremos que morir de hambre.
‘Trae de vuelta a los kulaks, ellos nos alimentarán’, dijeron los campesinos de las aldeas colectivizadas en 1930.
He conversado - dijo un campesino en una carta - con mucha gente que había trabajado para los antiguos propietarios, y me decían: “¡Ah! que bien se estaba entonces; se comía y bebía a voluntad, dormía, y ahora tengo que pasar hambre y andar medio desnudo”
Purlevskii recuerda entre 1800-1868 que:
Cuando se produjo un gran incendio en nuestro pueblo, los campesinos quedaron exentos del pago de alquileres durante un año y, además, recibieron subvenciones para la reconstrucción.
En palabras de la historiadora Sheila Fitzpatrick, «desde el punto de vista del campesino pobre, el kulak podía ser visto como un mecenas, fuente de préstamos y apoyo en tiempos difíciles, más que como un explotador.» O en palabras del historiador Orlando Figes para los años de 1918-20:
Millones de habitantes de la ciudad, procedentes de todas las clases, dependían de este pequeño comercio (o <<ir con el saco>>, como lo llamaban) para alimentarse. Abandonaban las ciudades con sacos de ropas y de objetos familiares para venderlos o cambiarlos en los mercados rurales, y volver con sacos de comida. Los ferrocarriles quedaron paralizados por los ejércitos de <<hombres del saco>>. […] Para las ciudades hambrientas del norte este comercio primitivo fue un medio generalizado de ganarse la vida. […] Era una respuesta natural y espontánea a la crisis económica y al colapso del comercio entre la ciudad y el campo. […] los bolcheviques los presentaron como <<especualdores>>, <<aprovechados>> y <<parásitos>>. Todos los males sociales del mundo de la posguerra, del desempleo a la prostitución, se los atribuyeron al funcionamiento del mercado.
Otro historiador, Boris B. Gorshkov, dice:
La mayoría de las ciudades, incluidas las más importantes, sólo recibieron entre el 10% y el 15% de lo que necesitaban. La mayoría de los habitantes de las ciudades obtenían el pan y los alimentos de los pequeños comerciantes, conocidos como meshochniki, o literalmente "portadores de sacos", es decir, personas que viajaban por cualquier medio de transporte que pudieran encontrar para llevar el grano a las zonas pobladas con la esperanza de cambiarlo por mercancías. Las actividades de estos meshochniki eran ilegales y el gobierno los consideraba "especuladores", mientras que en realidad eran agricultores independientes, incluidos los pobres, que por voluntad propia acudían a la ciudad con sus productos, que solían cambiar por otros bienes. Paradójicamente, los transportistas de sacos, que en realidad salvaron a cientos de miles de personas del hambre, se convirtieron en objeto de una despiadada persecución por parte de la recién creada VChK [Cheka], la Comisión Extraordinaria de toda Rusia para Combatir la Contrarrevolución, el Sabotaje y la Especulación.
Entre quienes niegan que fuese un genocidio, hay un argumento contundente, ¿Por qué enviarían comida si querían eliminarles como nación?
Se realizaron hasta no menos de 35 envíos de comida, sobre todo en Ucrania y el Cáucaso. Aunque se puede argumentar y demostrar que no les importaba tanto la vida de los campesinos como la industrialización, puesto que Yagoda, en una carta a Stalin, concluyó diciendo que si no se les proporcionaban las semillas adecuadas para que los “colonos especiales” pudieran sembrar, “sería imposible retirar a los colonos especiales del suministro estatal de alimentos y hortalizas”. Su solicitud de envío de comida se aprobó el 23 de marzo de 1932. Parece bastante lógico llegar a la conclusión de que no fue un genocidio si tenemos en cuenta esto, y que Stalin dijo años antes que:
Sin embargo, está claro que la nacionalidad ucraniana existe y que el desarrollo de su cultura constituye un deber de los comunistas.
Pero hay que tener en cuenta que esto se dijo cuando buscaban acercarse más a las naciones que se fragmentaron de Rusia con el derecho a la autodeterminación que el propio Lenin y Stalin crearon. Anselmo Santos en su biografía de Stalin dice: «Le entusiasman las canciones folclóricas rusas, ucranianas y georgianas, y las canta hasta su muerte junto con los himnos litúrgicos de su juventud.» Además, la colectivización no se pensó para aniquilar a nadie de hambre, si bien esta iba acompañada de la dekulakización. «La resolución del XV Congreso del Partido Comunista de Todos los Bolcheviques sobre el informe del trabajo en el campo dice lo siguiente "Uno de los principales requisitos para el desarrollo de la URSS hacia el socialismo es el aumento de las fuerzas productivas del pueblo y el crecimiento del bienestar de las amplias masas campesinas"»
Cuando esta información partió hacía Occidente, los soviéticos hicieron todo lo posible por ocultar la hambruna. Uno de los ejemplos fue el falso viaje de Edouard Herriot a la URSS en 1933, fue llevado por pueblos y granjas donde previamente se enviaron toneladas de comida y donde los Komsomol hacían de campesinos alegres, felices y con comida por todos lados. Diciendo que la Unión Soviética parecía un jardín a pleno rendimiento.
Tengo el honor de informarle de que el Sr. Herriot acaba de concluir una visita a la Unión Soviética del 26 de agosto al 9 de septiembre.
Este viaje de Herriot por las granjas potemkin, o granjas modelo, se confirma a través de una de las cartas recibidas por el Consulado de Polonia en Járkov y escritas por el propio campesinado, que, temeroso de que la censura se quedase con la carta, no la firmaron, que dice:
La primera persona que interroguen les confirmará lo que aquí decimos. Pero hace falta ser un artista para poder contar y describir todo. Haría falta que una delegación extranjera viniese a verificarlo. De cualquier modo, nunca los autorizarían a venir, o a lo sumo les mostrarían (como ya lo han hecho) una familia preparada de antemano cual un decorado, en una casa bien amueblada, o bien un koljoz modelo, en donde el campesino come entrada, plato principal y postre. No les mostrarían a los pobres despojados, abatidos, hambrientos y decepcionados. ¿Y quien es el héroe de esta colosal tragicomedia casi mundial, quien es el verdugo en jefe? Stalin.
Un trabajador de Odesa expresó el 26 de agosto de 1933 que «Hoy, É. Herriot ha llegado a Odesa. Nuestras autoridades están asustadas y quieren engañar a los extranjeros diciéndoles que tenemos el socialismo. He visto a un miliciano entrar corriendo en la frutería y dar la estúpida orden de deshacerse inmediatamente de una fila de gente que estaba delante de la tienda. Está claro que Herriot no sabe lo que está pasando aquí». Otra persona que habla de todo esto fue Andrew Smith, un húngaro que era miembro del partido comunista de Estados Unidos. Estuvo por la Unión Soviética a sus inicios de la década de 1930, y en vez de descubrir la abundancia soviética descubrió la antítesis de la propaganda soviética, que según él era en reacción al ataque de Hitler por las condiciones de los alemanes del Volga (que como ya vimos llegaban cartas de estos al consulado alemán pidiendo ayuda). Andrew estuvo por el Volga, como un trabajador más de la URSS. Y describiría lo que Herriot vio (“carnavales de comida” hace alusión a estas granjas potemkin) en el periódico estadounidense The Washington Times, el 11 de junio de 1935:
En septiembre de 1933, en medio de la gran hambruna, el gobierno soviético improvisó carnavales de comida y tomó imágenes en movimiento de ellos para mostrarlos a un mundo crédulo.
Se escenificó durante una excursión especial por el Volga, organizada para contrarrestar la campaña patrocinada por Hitler en Alemania para socorrer a los hambrientos colonos alemanes del Volga.
[…]
Se ha escrito mucho sobre la hambruna en Ucrania. Igualmente calamitosa fue la hambruna en el Volga, el corazón fértil de Rusia, tal como la observé en este viaje.
Algunas personas como Red Planeta consideran, usando a Tottle, que Andrew Smith era un «pseudoperiodista» de Hearst para inventarse que ocurría un genocidio en Ucrania. En su libro argumenta además que todos estos lo hacían aludiendo a que solo la hambruna ocurría en Ucrania, donde se pretende ignorar el hecho de que en «el resto de los territorios soviéticos […] la hambruna Soviética de los años 1932-1933 también afectó a Kazajistán, a las regiones del Volga y las del Cáucaso Norte», sin embargo, ¿porqué Andrew en este artículo dice que la hambruna era “igualmente calamitosa” en «el corazón fértil de Rusia»? Es más, ¿porque todo lo que relata se ejemplifica en tantas otros lugares que están totalmente corroborados que existieron como el viaje de Herriot e incluso dice que había «propaganda nazi» donde casualmente hay un informe, como puede leerse abajo, sobre esto? O incluso porqué hay la coincidencia de que Andrew dijo que era propaganda por la situación de los alemanes del Volga y justamente el periódico Volkisher Beobachter publicaba el 8 de diciembre de 1933:
En una serie de colonias situadas en el curso medio del Volga, en Ucrania, en el Cáucaso, en pueblos de los alrededores de Petersburgo y en otros lugares, vivían antes de la guerra unos dos millones de alemanes. […] Hay que tener en cuenta que este resultado del censo [hablan del censo de 1926] es de la época anterior a la bárbara expulsión de los kulaks y a la hambruna que actualmente azota de forma especialmente terrible a los colonos alemanes. […] Ahora el Dr. Kurt Ihlenfeld, en su libro "Hunger-Predigt" (número 12 de la revista "Notreihe" de la editorial Eckart, Berlín-Stealitz), aporta una documentación estremecedora de los sufrimientos de nuestros camaradas alemanes de Rutzland.
Como puede verse, además, en este documental de La 2, minuto 4. En este video se observa a Edouart rodeado de campesinos felices y bien alimentados.
También como vimos más arriba, para Kosior la hambruna no les hizo entender a los campesinos que el mal trabajo conlleva al hambre, y según cuenta Andrew Smith mientras unos trabajadores cargaban el barco este preguntó que porque había tanta gente muriendo de hambre, entre ellos tantos niños. Y según comenta Andrew le respondieron los encargados de su viaje que eran niños kulaks «que no querían trabajar», y los adultos también eran kulaks, más adelante Andrew comenta una conversación que tuvo con su jefe:
Andrew: ¿Estás haciendo este viaje como propaganda contra Hitler?
Tselman: Sí, ¿por qué lo pregunta?
Andrew: ¿No sabe cuántos muertos hay en las calles de la ciudad?
Tselman: ¡Vaya usted mismo, vea lo que está pasando, escuche a nuestros camaradas alemanes, a nuestros trabajadores de choque, lo que tienen que decirse entre ellos! ¿Crees que somos ciegos y no podemos ver?
Finalmente, 5 meses antes de la visita de Herriot a la URSS, el ministro de asuntos externos Krestinsky al Representante Plenipotenciario de la URSS en Alemania L.M. Khinchuk dijo sobre la campaña de hambre alemana que debían «responder con dureza a la campaña». Donde se pedía además también que «organicéis una campaña de protesta contra las calumnias de los fascistas en forma de resoluciones de reuniones colectivas y sindicales, cartas y declaraciones, emisiones de radio con datos sobre el crecimiento cultural y material […] de las granjas colectivas individuales y de toda la población, transmitidos a la prensa local y central». Documentos que debían mostrar «con ejemplos concretos, hechos y cifras, la mejora en la vida de los campesinos alemanes como resultado de la colectivización». Pocos días después de esto se recibieron cartas, como la carta de los miembros de la granja colectiva New Path del 10 de julio de 1933 donde se decía, por ejemplo, que «estamos profundamente indignados por las insolentes calumnias de los fascistas alemanes contra nuestras granjas colectivas. Nosotros, por supuesto, no nos dejaremos engañar por esta calumnia. Nosotros, bajo la dirección de nuestro Partido Bolchevique y de nuestro amado líder, el camarada Stalin, estamos ganando las granjas colectivas. Stalin, estamos ganando victoria tras victoria en el camino de la granja colectiva».
Como muestra un artículo en un periódico noruego:
Naturalmente, ni Bernard Shaw ni Herriot pueden contarse entre estos observadores imparciales, ya que, voluntariamente o no, hicieron declaraciones con fines especiales, y se sabe que sus experiencias en Rusia son tan fugaces y superficiales como su viaje fue bien organizado.
¿Pero realmente la resistencia campesina fue tan grave? En opinión de Tauger, no fue tan grave como las autoridades quisieron hacer ver:
La hambruna soviética se asemeja también al caso irlandés en otro aspecto: en ambos, los dirigentes gubernamentales ignoraron y minimizaron los factores ambientales y achacaron las hambrunas a las acciones humanas (en Irlanda, a la superpoblación; en la URSS, a la resistencia campesina) mucho más de lo que estaba justificado.
En palabras de Stalin:
Los comunistas suelen hacer recaer la responsabilidad sobre los campesinos, afirmando que éstos tienen la culpa de todo. Pero eso es absolutamente falso, y ciertamente injusto. [...] y nosotros, los comunistas, somos los únicos culpables de todo esto.
Una carta de Molotov y Kaganovich, del 6 de julio de 1932 a Stalin, dice: «La conferencia ucraniana va a criticar el trabajo del CC CP(b)U, cuyas deficiencias han llevado a una situación difícil en algunos ámbitos.» Otra carta de Kaganovich a Stalin, del 21 de julio de 1932, dice: «Sobre el Comisariado del Pueblo para la Tierra estoy totalmente de acuerdo contigo en que tiene grandes deficiencias, precisamente desde el punto de vista de la organización económica de los asuntos.» Para Tauger, el problema de la visión sobre la resistencia activa como algo masivo no es realista. Según él la mayor parte de la población no se resistió activamente, «Los campesinos soviéticos, alrededor del 95% según los datos de este documento, no participaron en las protestas contra la colectivización» por lo que no todo fue una resistencia brutal. También argumenta que el problema de surge de analizar únicamente los informes de la OGPU, porque tienden a exagerar los casos de resistencia o solo registran los casos más graves. Tauger cita un comentario del soviético Andreev, el cual dice «Y entonces no hay que estudiar la situación política según los informes de la GPU [los funcionarios se refieren a menudo a la OGPU de esta manera abreviada]. La GPU se formó para encontrar y exponer lo peor y más desfavorable de nuestro país, y si construimos nuestra política sólo sobre la base de los informes de la GPU, siempre estaremos en estado de pánico, está perfectamente claro, nuestros pelos estarán siempre de punta.» Algo que recalca el historiador James Harris en su gran trabajo sobre el terror, que dice: «Del mismo modo en que los informes de inteligencia relacionados con el contexto internacional tendían a inflar cualquier amenaza, las evaluaciones de la opinión popular se inclinaban a subrayar los puntos de vista hostiles y concentrarse en las regiones en las que más probabilidades había de que estallara el descontento de los trabajadores.» El sesgo de clase inflaba el problema y el sesgo de confirmación afirmaba todavía más el sesgo de clase. Un estado tan grande debía tener «la vigilancia extrema» como un «estado natural y básico», «todos los monarcas afirmaban estar rodeados de mentiras, pero cuanto más tiempo estaban en el trono, más propensos eran a creerse lo que deseaban escuchar.», dice el Historiador Montefiore. Más específicamente sobre la hambruna, y criticando a Penner por creer que de verdad había una huelga campesina, Wheatcroft afirma que «No se trataba de una mentalidad de destrucción genocida del campesinado, aunque sí se desconfiaba mucho de los campesinos y se temía una huelga campesina. Yo diría que la amenaza de una huelga campesina estaba más en la mente de las autoridades y de sus organismos de seguridad que en la realidad.» (2004, p. 127) En palabras de Marqués de Custine escritas el 14 de julio de 1839, «el poder absoluto se vuelve con creces más temible cuando tiene miedo.» Podría además sumarse a esto el hecho de las presiones desde arriba para cumplir los planes, por ejemplo, durante la WWII, Zhúkov, «debido a la tensión y a la falta de sueño, el carácter de Zhúkov empeoró durante la guerra: derribaba las sillas a puntapiés, tiraba los planos al suelo a manotazos y amenazaba a todas horas con fusilar a quien no cumpliera la misión encomendada.»
Por tanto, y es lo que queda por analizar, no todo fue resistencia activa al sistema soviético, en muchos casos fue por no comprender que eran las granjas colectivas y cuando lo explicaban se podían llegar a unir, en todo caso es algo que queda por investigar y poder entender todos los mecanismos de funcionamiento de los campesinos.
Realmente, lo que los comunistas llaman "sabotaje" fue en realidad la reacción de un campesinado que buscaba la libertad tras siglos de servidumbre y que, bajo el sistema zarista, el mismo comunista consideraría su acción como revolucionaria. Como ellos – los campesinos – llamaban a la colectivización, “una segunda servidumbre”. En palabras del historiador Orlando Figes:
Los campesinos rusos ansiaban una revolución social todavía más que, supuestamente, los trabajadores. Todo lo que querían era la tierra y, si el <<socialismo>> significaba entregar la tierra a los campesinos, entonces eran <<socialistas>>.
Y así fue como los campesinos lo mostraron antes de la revolución, en palabras del historiador Richard Pipes <<En 1905 y 1906, los campesinos se abstuvieron de tomar las tierras que codiciaban por temor a que no se les permitiera quedarse con ellas. Aún esperaban un gran reparto nacional de todas las tierras no comunales […]. Cuanto antes expulsaran a los terratenientes, pensaban, más rápido se produciría el reparto.>> Lo mismo ocurrió durante 1917, al grito de <<Tierra y Libertad!>>, durante la primera guerra mundial:
“Que queréis?”, les pregunté. “¡Tierra y Libertad!”, gritaron todos. “¿Y qué más?”. La respuesta fue simple: “¡Nada más!”.
Y durante la colectivización:
Es terrible ver, cuando un hombre mayor está llorando, y está llorando porque fue engañado por la granja colectiva, que se quedó sin granja, sin pan, sin ropa y perdió su libertad.
En palabras de Brusilov:
Los soldados solo querían una cosa: paz para poder volver a casa, a robar a los terratenientes y a vivir libremente sin pagar impuestos o reconocer ninguna autoridad. Los soldados se volvieron hacía el bolchevismo porque creyeron que ése era su programa. No tenían la más mínima idea de lo que significaba en realidad el comunismo, o la Internacional, o la división entre trabajadores y campesinos; pero se imaginaban en casa viviendo sin leyes ni terratenientes. Esta libertad anárquica es lo que llamaban <<bolchevismo>>.
Lenin llegaría a repetir un supuesto dicho “de uso común” entre los campesinos:
«Somos bolcheviques, pero no comunistas; estamos a favor de los bolcheviques porque expulsaron a los terratenientes, pero no estamos a favor de los comunistas, porque ellos están en contra de la propiedad individual.»
En palabras del historiador E. H. Carr:
Pocos campesinos de cualquier categoría se, integraron voluntariamente en los koljozi. Los campesinos se oponían sobre todo a la exigencia de entregar sus animales: muchos prefirieron matarlos antes que entregarlos.
¿Pero eran únicamente los llamados “ricos” quienes hacían esto? La anterior revista española citada responderá: «No se ha logrado ganar para el socialismo la mentalidad del campesino; el campesino quiere tener la tierra en propiedad individual (además, el programa revolucionario se lo había prometido así) y quiere disponer libremente de su cosecha. A todas las requisas forzosas, bajo las formas más diversas, como el sistema de contratación que es la entrega de los productos contra ayuda del Estado para la siembra y recolección, expropiación de toda la cosecha, a excepción de lo necesario para el consumo propio, a precios bajos y pagada con dinero desvalorizado, contra todo eso reacciona el campesino colectivizado lo mismo que el campesino individual en la época del comunismo militante, con restricción de la superficie cultivada, disminución de trabajo, abandono de la cosecha no destinada a su propio consumo, etc.»
Tras la revolución, Josep Pla observaría en su Viaje a Rusia en 1925 que:
Los campesinos rusos no han ofrecido una adhesión franca y decidida a los bolcheviques. No aceptan la ley de la nacionalización de la tierra. Quieren no el usufructo que tienen hoy, sino la propiedad lisa y llana. Pagan impuestos porque, para ellos, cada recibo de la contribución es un título de propiedad. […] Hoy la oposición todavía no existe. La clase campesina rusa es demasiado ignorante, demasiado atrasada e instintiva para crear un gran movimiento organizado que defienda sus intereses.
En 1923, el Principe Lvov, primer Primer Ministro del Gobierno Provisional en 1917, dijo:
El pueblo apoya el poder soviético. Eso no significa que esté contento con él. Pero, al mismo tiempo que sienten su opresión, ven que su propio tipo de gente está entrando en el aparato, y esto les hace sentir que el régimen es suyo.
Algo que expresarían durante al final de la Segunda Guerra Mundial:
Nos sentíamos innecesarios, inválidos… Nos sentimos insultados cuando Stalin nos comparó con «los pequeños tornillos» de una máquina. No nos sentíamos así en el frente. Pensábamos que el destino de Rusia estaba en nuestras manos, y actuamos en consecuencia, en la convicción de que éramos ciudadanos.
Los campesinos creían que después de la WWII las granjas colectivas desaparecerían, la población en general estaba muy descontenta. La violencia campesina usada por los revolucionarios, y sobre todo por los bolcheviques, antes de la revolución para destruir la antigua civilización donde existían ricos y pobres, fue la misma violencia que se desencadenó contra los bolcheviques una vez comenzaron a quitar las tierras que dieron a los campesinos. Lo mismo sucedió en Ucrania con la Rada a partir de 1917. Los campesinos siempre la apoyaron hasta que el nacionalismo de la Rada se basaba en exportar grano tras firmar la paz con los alemanes el 9 de febrero. La Rada ucraniana daría a los alemanes mercancías mientras estos protegiesen la independencia ucraniana. Lo que llevó a las requisas de grano por parte de la Rada y a revueltas y resistencia campesina, ocultando el grano y reduciendo la siembra. Debido a que la Rada no podía cumplir con las requisas que habían firmado con Berlín, los alemanes entraron a las aldeas a requisar a los campesinos. Provocando huelgas y revueltas contra los alemanes. Los campesinos destruyeron <<puentes y líneas férreas, y las unidades alemanas fueron atacadas desde los bosques. El campo ucraniano quedó sumido en el caos.>> De igual forma sucedió tras la “guerra de Samara”, donde el Komuch, el Comité de Muembros de la Asamblea Constituyente tras autodeclararse parlamento panruso en el exilio provincial, llevó a cabo medidas económicas que no gustaron mucho a los campesinos. Se quitó el poder del comité de fabrica de las propiedades y se devolvió el control de las fabricas al antiguo propietario o si no estaban a administradores estatales. Se restauró el libre comercio y se creó un Consejo de Comercio e Industria formado por antiguos industriales para formar la política económica. Hubo un impuesto al vodka, y se imprimió dinero, haciendo que la inflación aumente y el valor del dinero disminuyese, lo que llevó a los campesinos a reducir sus ventas de pan y obligar al Komuch a racionar el pan. Como observamos, la resistencia campesina no fue exclusiva contra los socialistas, sino también contra los imperialistas y capitalistas. Si solo analizáramos la hambruna, podríamos llegar a pensar que la resistencia campesina fue de terratenientes y capitalistas. Es por esto que me metí de lleno a entender la resistencia campesina de forma histórica. Retrotrayéndonos un poco más en el tiempo, podemos tomar el ejemplo de la resistencia campesina contra los suecos a principios del siglo XVIII. Los suecos tras saquear y dejar devastada a Polonia y también haber derrotado a Dinamarca, avanzaron hacía el este por Masuria, un lugar geográficamente complicado e inusualmente usado para las guerras, mientras los rusos se retiraban en una táctica de autodestrucción para salvarse. Al principio los campesinos les querían ayudar a los soldados suecos, pero estos no fueron tan compasivos y les atacaron. Entonces los campesinos comenzaron a ponerles las cosas más complicadas, aunque pudieron seguir avanzando. Hasta que llegaron a Smorgon, una ciudad situada a en la actual Bielorrusia, en esta pequeña ciudad los campesinos en resistencia a los soldados suecos decidieron esconder el los alimentos, y al igual que los bolcheviques años después, desarrollarían métodos para encontrarlos. Otro ejemplo de esto se puede encontrar en la hambruna de 1891-92, con los capitanes de la tierra, también llamados “zemskii nachal'nik”. Otro ejemplo más cercano a la fecha de la colectivización fue durante la reforma de Stolypin (1906-1915), en la cual muchas comunas sabotearon «las consolidaciones» e impidieron «las operaciones normales de los hogares que las demandaban [la privatización de la tierra que poseían hasta la ultima distribución]. Una de las estrategias fue bloquear el acceso a los pastos y bosques comunales. Estos bloqueos eran ilegales, pero muchas comunas los organizaron en la práctica.», estos métodos lo más probable es que serían considerados como revolucionarios, o al menos en parte como correctos. Otro caso fue el del gobierno provisional, que no estaba dispuesto a dejar a las fuerzas del mercado actuar y ante la resistencia campesina reforzó las requisiciones, algo que Stalin criticaría durante la revolución y llevaría acabo en los años 30. Por tanto no es raro que fuesen los campesinos medios y pobres los que más se resistieron a la colectivización, fueron estos quienes apoyaron a los bolcheviques por su decreto sobre la tierra, y ahora estaban viéndose privados de esta, lo que el historiador Markwick, en su estudio de la creación del estado soviético, llama “dar la vuelta a la tortilla”. En palabras del historiador Julián Casanova acerca de las manifestaciones en territorio bolchevique:
Fueron insurrecciones antibolcheviques, contra un régimen cruel con las requisas y corrupto en los niveles locales, pero no contrarrevolucionarias y nunca apoyaron a los Blancos.
Los campesinos soviéticos estaban contra la espada y la pared. Mientras que la pared les aplastaba la espada les atravesaba. En palabras del general Wrangel, sucesor de Denikin como jefe del ejército Blanco: “no llevamos el perdón y la paz, sino solo la espada cruel de la venganza”. Por tanto, ya sabemos quienes eran la pared. Otro ejemplo de como una actuación podría considerarse revolucionaria antes de octubre de 1917 y como reaccionaria durante la colectivización tiene que ver con la negativa a trabajar. Y es que en muchos casos durante la servidumbre los campesinos se negaban a trabajar, sobre todo los siervos.
Los estudios sobre las protestas populares ilustran que muchos casos de desobediencia campesina acompañaban, e incluso se basaban, en el cuestionamiento de la autoridad del señor sobre ellos. En 1844, más de 200 campesinos de la finca del noble Svechin, en la provincia de Yaroslavl, se negaron repentinamente a obedecerle porque habían llegado a "creer en la posibilidad de obtener la libertad". Durante las décadas de 1840 y 1850, en las fincas del príncipe Golitsin se produjeron numerosas negativas a realizar el corveé y otras tareas laborales porque, según un informe, los campesinos "se percibían a sí mismos como libres".
Y es que la paranoia del régimen con la existencia de saboteadores era insostenible:
Incluso donde no había resistencia, se actuaba contra los "kulaks". Se dictaron normas precisas sobre el porcentaje de campesinos que debían ser declarados "kulaks" y se reprendió a los soviets de los pueblos y a las organizaciones del partido que afirmaban que no había "kulaks" en su distrito.
Como sucedió en una de las aldeas en colectivización:
No hubo inspecciones ni miramientos. Simplemente llegaron y nos dijeron: “Todos vosotros. He recibido la orden de encontrar diecisiete familias kulak para su deportación. No hay un solo habitante del pueblo que sea lo suficientemente rico para ser kulak y tampoco hay muchos ancianos, así que elegimos diecisiete familias al azar. Habéis sido elegidos. Por favor, no lo toméis como algo personal. No puedo hacer otra cosa.
Véase otro ejemplo:
Lustdorf tenía setenta y cinco casas bien mantenidas y cerca de ochocientos habitantes, de los cuales casi todos eran de buen pasar, pero muy pocos podían considerarse ricos. […] Con tres vacas, tres caballos y una granja de veinticinco desiatinas uno ya entraba dentro de la categoría de “kulak”; más aún si arrendaba sus tierras.
En palabras de otro observador:
Escribe contra él, sin firmar si quiera, escribe que tiene braseros trabajando para él y posee tres vacas, y ya tenéis un kulak.
O en palabras de uno de los dirigentes de la Cheka, Latsis:
No busquéis las pruebas de que el acusado ha actuado o ha hablado contra los sóviets. En primer lugar, preguntadle a qué clase pertenece, cuál es su origen social, su educación y profesión. éstas son las preguntas que deben determinar el destino del acusado. Ése es el significado del Terror Rojo.
Además, podemos ver que esto no es algo ajeno al partido o al régimen, algo inusual o “extraño”. Para el régimen era necesario no confiar en nadie, era un régimen débil que creía que una persona cualquiera podría echarles del poder de forma sencilla, y para esto necesitaban encontrar enemigos donde fuese, porque claro, ¿cómo siendo socialistas no podrían tener enemigos capitalistas estando rodeados de capitalismo? O como dijo Stalin:
Es su deber comprobar a la gente en el trabajo, y si hay alguna discrepancia, lo comunica. Todo miembro del Partido, todo ciudadano honesto no perteneciente al Partido de la URSS, tiene no sólo el derecho sino el deber de denunciar las deficiencias que observe. Si hay al menos un 5% de verdad, eso es pan comido.
En resumen,
En la inmensa mayoría de las aldeas lo que distinguía a los campesinos más ricos de los más pobres era poseer un caballo o una vaca extra, o una casa construida con ladrillos, en contraposición a una hecha de madera, con un piso levantado en lugar del pavimentado colocado directamente sobre el suelo. Los campesinos a los que los bolcheviques calificaban categóricamente de kulaks generalmente no eran más que los dirigentes patriarcales de la aldea. […] Éstos, es cierto, a menudo eran los agricultores más ricos, con quienes el resto de los aldeanos muy bien podían estar endeudados, o por el uso de un caballo o por un préstamo monetario. Pero eso no los convertía en kulaks a ojos de los campesinos. […] sus vecinos acudían a ellos de manera natural para que los aconsejaran sobre cuestiones agrícolas.
Algunos han llegado a decir que la dekulakización no significaba matar a los kulaks, sino únicamente hacerles dejar de ser de la clase explotadora. Algo que no encaja con la realidad:
Los kulaks - dijo Lenin en 1918 - son los enemigos rabiosos del Gobierno soviético […] Estos chupasangres se han enriquecido con el hambre del pueblo […]. Estas arañas han engordado a expensas de los campesinos arruinados por la guerra, a expensas de los obreros. Estas sanguijuelas chuparon la sangre de los trabajadores, aumentando sus riquezas a medida que aumentaba el hambre de los obreros en las ciudades y en las fábricas. […] ¡Guerra sin cuartel a los kulaks ! ¡Mueran los kulaks!
Stalin, en mayo de 1928, dijo -respondiendo a una pregunta sobre la voluntariedad de los campesinos hacía la colectivización, dijo que existía el poder absoluto “basado en la violencia”:
Una de las preguntas dice: «Si los campesinos se niegan a aceptar voluntariamente su plan de colectivización, ¿piensa que deben ser colectivizados a la fuerza?». Stalin no pierde la sonrisa y contesta con una cita de Lenin: «La dictadura del proletariado es el poder absoluto basado en la violencia».
De hecho, en la comisión de Kaganovich en Poltavskaya es aún mucho más reveladora, ya que hablamos del momento y en plena hambruna, en una acalorada discusión con los cosacos, Kaganovich les dijo:
Cosacos, será mejor que entreguéis el grano si sabéis lo que os conviene. Sabemos que lo habéis escondido y hemos venido a sacudiros con toda la fuerza.
Tauger comenta que el «gobierno decidió que ciertos grupos de personas (por ejemplo, los cosacos del pueblo de Poltavskaya, en el Kubán) habían mostrado una especial oposición durante la crisis y los deportó fuera de las regiones, reasentando allí a campesinos rusos de las provincias superpobladas».
Pero se les fue de las manos, como mostraron en la guerra civil:
Pensé que ibais a matarme, no tenía idea de que hubiese bolcheviques que no asesinaran a los campesinos - dijo una campesina en la década de los 20. Todos los que hemos visto son oprichniki.
Tras el asesinato del fundador de la Cheka, Dzerzhinsky, apareció en los periodicos:
La Cheka es la defensa de la revolución como lo es el Ejército Rojo; al igual que en la guerra civil el Ejército Rojo no puso pararse a preguntar si daña a algún individuo particular, sino que debe tener sólo en cuenta una cosa, la victoria de la revolcuón sobre la burguesía, de la misma manera la Cheka tiene que defender la revolución y vencer al enemigo incluso si su espada cae ocasionalmente sobre las cabezas de inocentes.
Algunas personas llegan a decir que los campesinos se unieron a las granjas colectivas voluntariamente en la mayoría de casos, lo cual no es realista:
Sabemos, por supuesto, que pocos campesinos se unieron a las granjas colectivas en la década de 1920, y que la mayoría de los campesinos se unieron a las granjas sólo bajo las amenazas de impuestos y dekulakización durante las campañas de colectivización de la década de 1930.
Mark Tauger (2004) Soviet Peasants and Collectivization, 1930-39:Resistance and Adaptation, The Journal of Peasant Studies, 31:3-4, 427-456, DOI:10.1080/0306615042000262643
«Durante la primera década del gobierno soviético, la idea de la colectivización fue ampliamente difundida, pero no encontró un apoyo masivo entre los campesinos (como es bien sabido, en vísperas del XV Congreso del Partido la proporción de explotaciones campesinas colectivizadas no superaba el 1,5%).» Y de hecho, el que los campesinos defendiesen a los kulaks es un claro ejemplo de que realmente no existía diferencia significativa entre los campesinos. Porque el campesinado era totalmente hostil a las personas ricas, como sucedió y se mostró durante 1905-1907 o incluso después de la revolución y el decreto sobre la nacionalización de la tierra. Es por esto que, en muchos casos, los campesinos defendían a los supuestos “kulaks”, porque no eran realmente campesinos ricos para los campesinos “corrientes”, sino que era un campesino corriente como los demás, como muestra uno de los documentos de V. Cerruti, embajador de Italia en la URSS, fechado el 3 de marzo de 1930 donde en una ciudad a orillas del mar de Azov, unos <<kulaks y nepmans […] se habían amotinado en las prisiones>>:
Al medio día se habían enviado patrullas militares. El convoy de kulaks y nepmans con destino a Siberia tenía previsto abandonar Iesk durante esa misma tarde. Ante la oposición del pueblo, los soldados se vieron forzados a regresar a su cuartel.
No solo fueron los “ricos” los que se manifestaron y resistieron contra las políticas soviéticas, también fueron pobres y medianos. Y es que de hecho, no existía una diferencia significativa en el campo, por lo que es normal que los levantamientos siempre fuesen se masas.
El PRC de Bilokurakyne informa de que a las 12 del mediodía del 19 de julio-30, una multitud de mujeres y niñas se reunió en la plaza cerca del ayuntamiento de Lubyanka, a esta multitud se unió parte de las masas de clase media-pobre del pueblo, que exigieron a las autoridades y al RVC que les devolvieran sus semillas y salieran de la tienda.. El jefe de la administración del pueblo y los activistas del pueblo salieron de la administración, la multitud de mujeres y hombres encontró al recolector que estaba recibiendo el material y exigió la devolución del material, el recolector fue obligado a devolver el material, la multitud se llevó el material y ese fue el final.
Además podemos corroborar que fueron de masas poniendo de ejemplo a la misma revolución rusa, donde el desencadenante fueron las mujeres que salieron el 8 de marzo para protestar precisamente por la falta de pan y comida. «Se producen acciones masivas y de grupo, que van acompañadas del despojo de las existencias de alimentos, las semillas y las palizas a los trabajadores locales. En total, se registraron 11 disturbios masivos en la región: distrito de Buguruslan - 6; distrito de Syzran - 3; distrito de Ulyanovsk - 1; distrito de Samara - 1. Los discursos se refieren principalmente a las mujeres. […] En la aldea Korovino del mismo rayón, una multitud de 100 mujeres exigiendo pan gritó: "Lucharemos si no nos dan pan". A continuación, la multitud irrumpió en la casa del candidato del Partido Comunista de los Bolcheviques de toda la Unión, golpeó a su esposa, con las palabras: "Tu marido nos ha robado".» La resistencia activa de las madres durante la hambruna en la mayoría de casos solo ocurrió cuando los activistas iban a los hogares a quitar la comida, o cuando pasaban hambre luego de haberles quitado la comida. «Las mujeres campesinas ofrecieron principalmente una resistencia pasiva en forma de peticiones a las autoridades soviéticas; los hombres prefirieron tomar las armas y no rehuyeron los actos de terror. En 1930, según las cifras oficiales, los campesinos cometieron 2.779 actos de terrorismo en Ucrania y 904 en Siberia.» En 3 distritos de Siberia Occidental hubo disturbios masivos: «En la aldea de Petrovka, en el distrito de Cherkask, el 15 de enero, cuando dos kulaks fueron desalojados, una multitud de 40 mujeres, entre las que se encontraban muchos campesinos, dirigidas por familiares de los kulaks, no permitieron que el plenipotenciario del comité del distrito desalojara a los kulaks y se llevaron a los niños kulaks a sus propias casas.» Es decir, el gobierno soviético no fue ninguna victima, pero la forma de hacerse la victima era tildar a toda la familia de kulak cuando fue el quien primero les atacó. Y de hecho, el grupo social de las mujeres desmontan el mito de los kulaks como ricos y poderosos propietarios de tierras que se negaban a colectivizarse y como a los pobres los afectados que buscaban colectivizarse, de hecho, fueron la mayoría pobres y medios, tanto fue esto, que en el XV se llegó a afirmar que «las medidas de emergencia como las medidas de presión económica […] perjudicaron a una gran parte de la clase media y a algunos de los hogares más pobres, lo que hizo que estos últimos se resintieran de la campaña de adquisición de cereales.» (TSDAZHR Ukrayiny, f. 1, op. 5, spr, 385, ark. 5, 8, 9, 12-15. Oryhinal.) «En algunas aldeas del distrito de Terengulsky, multitudes de agricultores colectivos pobres, predominantemente mujeres, acuden a los consejos de las aldeas exigiendo pan.» El porqué se encuentra en el sistema centenario. El sistema patriarcal, el hecho de que fuese el hombre el sostén de la familia y el propietario de las tierras, no la mujer. De aquí que fuesen ellos los principales objetivos de la dekulakización. Los que abandonaban sus hogares para que su familia no fuese deportada a Siberia o Kazajistán.
Mi padre se negó a entregar voluntariamente su ganado y sus herramientas al koljoz, por lo que nuestra familia fue designada como kulaks. Para salvar a la familia de la deportación a Siberia, el padre huyó a Besarabia. La madre se quedó con dos niños pequeños porque las autoridades no tenían derecho a deportarlos sin el propietario (cabeza de familia)... Sin embargo, nos desalojaron de nuestra casa...
En una carta a Stalin de parte de un estudiante, A. E. Bagno dice:
Aquí, si no robas, no sobrevivirás sin un ingreso adicional. Ahora mismo dos mujeres del "koljoz de Stalin" de la región de Krasnopol'sk están siendo juzgadas por robar pan. ¿Fue la abundancia lo que les obligó a robar? Quizá sus hijos no tengan nada que comer en invierno. ¿Y cuánto les darán en el koljoz? Si vivieran en las condiciones de un "estilo de vida elevado", entonces habría sido diferente. Habría sido apropiado darles diez años. Pero como se les obligó a ello y ahora se les condenó a diez o cuantos años de prisión, entonces es injusto. Primero hay que crear unas condiciones materiales soportables y luego juzgar.
Esto se muestra junto al hecho de que en muchos casos fueron las mujeres las que más activamente salieron a la calle a protestar por la dekulakización y las requisas, lo que se conoce como “babii bunt”. Fueron ellas las que atacaron mayormente las granjas, los almacenes, etc. No porque fuesen contra el poder soviético, sino porque pedían pan a gritos, por el amor de madre por sus hijos. Es decir, las no propietarias fueron las que más se resistieron. Precisamente esto ocurre por el rol de la mujer, de cuidadora de los niños y ancianos. Porque les quitaban la comida y les dejaban sin poder alimentar a sus hijos, mientras el padre iba a trabajar. Los cuales llegaban a tirar a sus hijos por las ventanas de los trenes para que fueran a la ciudad y alguien los cogiese y pudieran sobrevivir, las madres que llegaban a prostituirse para conseguir comida, cambiar objetos valiosos por comida o incluso decirle a sus hijos que cuando muriese les dejaba a los pequeños comérsela.
Una de las razones por las que las mujeres eran especialmente hostiles a los koljoses parece haber sido que tradicionalmente... dependían de sus vacas para obtener leche para los niños, lo que ahora se convertía en un asunto dudoso.
No hay nada peor para el hombre -el cabeza de familia- que la sensación de su propia impotencia ante las oraciones de su esposa, cuando ésta no puede encontrar alimentos para sus hijos hambrientos. No hay nada más terrible para la otra que ver a sus hijos demacrados y debilitados que, por el hambre, se han olvidado de sonreír.
En una reunión de campesinos sobre la creación de una granja colectiva para toda la aldea, se opusieron a la colectivización total y se mostraron quejas sobre las adquisiciones de grano, las mujeres en especial «tomaron la palabra se mostraron especialmente activas en la protesta contra la comunización del ganado lechero». Esto se debe a que al quitarles el ganado se quedaban como mendigos, como menciona un informe de la OGPU, «Debido a la escasez de alimentos en las aldeas del distrito, aparecieron muchos mendigos, especialmente de aquellas granjas donde se llevaron las últimas vacas para la cosecha de ganado.» Pero la hambruna no solo sacaba el lado bueno de las madres. Como siempre hay casos, y casos. Algunos en donde la madre prefería su propia vida a la de sus hijos.
Trabajaba en una guardería cuidando a los niños, los alimentaba. Una madre venía a visitar a su hijo, y si yo miraba para otro lado, cogía el pan y se iba corriendo. El niño lloraba: "¡Mamá me ha robado el pan!... "
Como dice otro historiador, no fueron los campesinos los primeros en rebelarse por sus propios intereses, sino que en la mayoría de casos eran respuestas a los excesos de las autoridades.
los campesinos respondieron, en primer lugar, al uso de la coacción por parte de los funcionarios o emisarios para organizar un koljoz, que iba desde las amenazas de clasificar a los campesinos como "enemigos del poder soviético", hasta la violencia criminal, como violaciones o palizas, o las detenciones y confiscación de bienes y la expulsión del pueblo.
¿Y que podemos esperar de la ayuda internacional? No mucho, les interesaba antes su propio beneficio que las personas que se morían de hambre. Por ejemplo, el Departamento del Norte del Ministerio de Asuntos Exteriores de Estados Unidos dijo sobre la hambruna:
La verdad es que tenemos cierta información sobre las condiciones de la hambruna... Pero no queremos hacerla pública porque el gobierno soviético la presentaría y nuestras relaciones con ellos se verían perjudicadas.
Incluso la Cámara de Comercio estadounidense afirmó en 1931 que «debido a que la Unión Soviética ha sido el mercado extranjero más importante para la maquinaria agrícola y el equipo industrial de los Estados Unidos de varios modelos y tipos en los últimos años, el impacto de esta reducción en el comercio con la Unión Soviética se está sintiendo en muchas industrias importantes». Esta opinión la llegaría a mostrar incluso el periódico Völkischer Beobachter al decir que «nuestro Führer ha hecho de una buena relación con la Unión Soviética un importante punto programático de la política exterior alemana», como se puede mostrar por las ampliaciones de los tratados entre Alemania y la URSS de 1926 y 1929. Se llegaba a usar el término «Rückendeckung» para hablar del apoyo soviético que pedían los nazis en relación a la tensión entre Polonia y Alemania, que germinaría en la Declaración de No Agresión del 26 de enero de 1934, 2 años antes Pilsudski seguiría una politica de pacificación con la URSS, con sus máximos exponentes en Matuszewski y Bogusław. No es raro, pues, que una manifestación por los hambrientos en Alemania en Berliner Lustgarten fuese suprimida por el propio gobierno alemán. También Polonia se negó a hacer una protesta, petición desde Austria, sobre la hambruna. Incluso Gazeta Polska y Gazeta Warszawska, periódicos oficiales, se mantuvieron en silencio sobre la hambruna. Incluso en junio y principios de julio de 1933 que hubo una exposición de cartas del hambre y fotografías de la hambruna, uno de los representantes soviéticos en Alemania comentó que eso tendría graves consecuencias si no se impedía. Dos días después Goebbels diría que debían concluirse. Alemania y la URSS acordarían en secreto que organizaciones comunitarias y religiosas podrían ayudar a sus compatriotas a través de Torgsin. Un año después las prohibiría y deportarían a los alemanes de Ucrania a Kazajistán. Uno de los embajadores alemanes en la URSS, intentando preservar las relaciones germano-soviéticas en el mejor estado posible, le comentó al comité de ayuda antes mencionado que mantuvieran buenas relaciones con la URSS, y el comité le respondió comprometiéndose a «evitar caer en ataques políticos contra la Unión Soviética al llevar a cabo la propaganda que es en sí misma necesaria, y a adherirse al enfoque humanitario y religioso», es curioso quizá observar como los informes de las embajadas alemanas en la URSS se clasificaban como “¡Secreto! No publicar”.
Como puede observarse en la siguiente tabla, Estados Unidos era el principal vendedor de maquinaria y productos de metal a la URSS:
Si observamos el comercio de la URSS entre 1918-1966 podemos encontrar que en 1925/26 la importación de maquinaria y equipos era del 20,6% del total y en 1930 sería del 46,8% y en 1933 del 43%. Kaganovich, en una carta a Stalin del 7 de julio de 1932, dijo: «Sin fundición no ferrosa, no tendremos ni industria eléctrica, ni aviación, ni ingeniería mecánica en general. Es necesario comprar inmediata y definitivamente asistencia técnica en Italia o Alemania, o América, o al mismo diablo, pero es obligatorio comprarla por todos los medios.» Esto y todo lo que queda por delante, estarán disponibles en la publicación del libro que estoy creando. Es un libro historiográfico, donde se usarán todo tipo de fuentes que estén a mi alcance. Además antes de su publicación ciertas personas lo leerán y darán su opinión sincera sobre el libro.
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